Donostia. Francia es el país en el que, al parecer, se instaló la Vespa velutina, cuyo origen se encuentra en Asia. Un barco proveniente de China atracó en el puerto de Burdeos y, entre su cargamento, anidaban avispas de esta especie. Era el año 2004. Desde entonces, más de la mitad del país galo sufre esta plaga y las consecuencias sobre los humanos.
La Unión de Apicultores Franceses ha estudiado ampliamente estos insectos y, en un dossier de esta agrupación, se relatan diferentes casos de picaduras a humanos y su posterior tratamiento.
Así, cuando se sufra el profundo aguijonazo de una avispa asesina se debe acudir de inmediato al centro sanitario más cercano para su tratamiento. Actuar con rapidez puede evitar males mayores.
Los antídotos más utilizados en un primer momento son las inyecciones de corticoides (un potente antiinflamatorio). Si se utiliza inmediatamente después de la picadura, esta inyección impide la reacción alérgica, lo que podría salvar la vida de la persona.
Además, también se utilizan antihistamínicos, que sirven para reducir o eliminar los efectos de las alergias. En este caso también se pueden atenuar las consecuencias del veneno inoculado por la avispa asesina.