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"Los ginecólogos debemos hacer más para prevenir el aborto, pero decir que se presiona a la mujer para abortar es exagerar"

La saturación de algunos CAM hace real el peligro de que las citologías para prevenir el cáncer de cérvix superen el tope de cinco años, alerta Ezcurra, quien no descarta una reordenación de los centros. Quiere elevar la cifra de cirugía sin abrir el abdomen y mejorar la relación de los CAM y el CHN

"Los ginecólogos debemos hacer más para prevenir el aborto, pero decir que se presiona a la mujer para abortar es exagerar"OSKAR MONTERO

¿Han cumplido los objetivos los Centros de Atención a la Mujer?

Los CAM se crearon con la finalidad de sacar fuera del hospital las consultas de las patologías más leves, los embarazos que no fueran de alto riesgo y la fertilidad. La idea era acercar a la población los servicios de Ginecología y Obstetricia, así como individualizar más la atención. Estos objetivos se ha cumplido en gran parte. Las mujeres ahora tienen un ginecólogo de referencia, aunque desde hace años pueden cambiar de profesional si no están contentas y solicitar otro del mismo o de otro centro. Además, antes era un medicina muy hospitalizada, las únicas consultas periféricas eran Tafalla y Barañáin, y ahora las pacientes ya no tienen que acudir al hospital.

¿Y qué no se ha cumplido?

En la parte negativa señalaría que mis compañeros tienen salientes de guardia, vacaciones y quirófano, otra actividad además de la de la consulta, quizás por ello la atención al ciento por ciento a los pacientes sea materialmente imposible. Que siempre a la misma mujer la vea el mismo ginecólogo es difícil, aunque tiene su ginecólogo de referencia.

¿Y la lista de espera en prevención? Hay mujeres a las que se les retrasa más de un año la revisión...

No incide en la salud de la población. Es un tema que se arrastra desde hace 11 años, entonces formé parte de una comisión para acercar al máximo la prevención con los medios que teníamos. Un comité repasó todas las publicaciones, sobre todo lo referido a cáncer de cuello de útero, y se llegó a la conclusión de que se podría cubrir la población con revisiones cada tres años e incluso cada cinco siempre y cuando la población no fuera de riesgo y tuviera dos citologías previas normales. La cifra de cinco años no se puso aleatoriamente, está demostrado que ese periodo es margen suficiente para prevenir ese cáncer por la natural evolución de las lesiones producidas con el HPV, el virus del papiloma humano, causa principal del cáncer de cuello. La aparición de este trastorno es tan lento que da este margen de confianza. Por supuesto que si pudiéramos hacerlas cada tres años las haríamos, pero materialmente es imposible. Necesitaríamos prácticamente el doble de ginecólogos y de personal. La cifra de cinco años, sin embargo, es cumplible y nos permitiría hacer lo que se pretende con las revisiones, llegar al máximo número de mujeres.

Antes se apostaba por hacerlas cada tres años y ahora parece que es indiferente hacerlas a los cinco. ¿No es un contrasentido insistir en la prevención y distanciar las revisiones?

Prevenir, es decir, impedir que aparezca una enfermedad solo tenemos capacidad de hacerlo en el cáncer de cuello de útero. El Gobierno foral, ya sea por motivaciones políticas, sanitarias e incluso económicas, determinó cuándo hacerlo y no dijo que hubiera que realizarlas cada tres años sino entre tres y cinco años. A los ginecólogos, como habíamos estado aconsejando hacerse la revisión prácticamente todos los años, nos pareció que desde el punto de vista social un cambio muy brusco pasar a cinco años e hicimos un impasse intermedio con un plazo de tres años.

¿Hay riesgo real de que se supere ese tope de cinco años?

En caso de que la población siga aumentando a este ritmo, sí hay riesgo. El de cáncer de cérvix es un programa que funciona a demanda, no como el de mama, en el que se llama a las pacientes a partir de los 45 años, en este es la propia mujer la que pide la visita y si crece la demanda, que lo está haciendo porque la mujer está cada vez más concienciada de hacerse la revisión, pueden llegar a superarse los cinco años. No sucede aún en ningún centro, no estamos sobrepasados, pero cuando lleguemos a este punto habría que reevaluar la situación y buscar una solución.

Otro de los problemas graves son la sustituciones y jubilaciones...

Los médicos se van a tener que jubilar obligatoriamente a los 65 años y eso en los servicios médicos es un volumen importante. En el nuestro tenemos al menos tres compañeros en esa situación, en los CAM hay 29 ginecólogos y en el hospital 22, pero el problema gordo no es ese sino que si antes en Ginecología teníamos pocas mujeres ahora la situación se ha invertido y prácticamente todas son mujeres y, además, muy jóvenes y se quedan embarazadas, como es normal, pero no tenemos capacidad para sustituirlas, y no porque no se quiera contratar, sino porque a día de hoy no hay ningún ginecólogo en el paro, así que si alguien se pone enfermo y precisa una baja larga, o cerramos la consulta o la cubro yo.

¿Cuáles son sus planes al frente de los CAM?

He detectado falta de conexión entre los CAM y el servicio del hospital. Es uno de mis principales retos. No implica cambios organizativos o físicos sino de mentalidad. Otra de mis ideas es potenciar la cirugía laparoscópica. Es una forma de operar sin abrir el abdomen y con cámaras de televisión. La hacemos desde hace años pero queremos extenderla, que la técnica mejore y los profesionales se sientan más apoyados y seguros en el quirófano, especialmente los que tienen menos experiencia. Cuando empezamos el 95% de la patología que operábamos, quistes, miomas, etc, la hacíamos abriendo la tripa, ahora estaremos en un 70% con laparoscopia. Hoy es rarísimo que un quiste de ovario se quite abriendo la tripa, lo normal es hacerlo por laparoscopia. Yo quiero mejorar esas cifras. En miomas o histerectomías, las cifras bajan y la idea es que mejoren, no digo llegar al cien por cien porque hay patología imposible de hacer por laparoscopia, pero podemos subir el porcentaje al 75%, por encima de esta cifra es muy difícil, pero en patología benigna es posible.

¿Reordenará los CAM, creados cuando los barrios tenían poblaciones diferentes a las actuales?

Es el principal problema con el que me he encontrado. Cuando se crean hace 14 años, la cantidad, pero sobre todo la distribución de la población era diferente. Han aparecido barrios nuevos, Buztintxuri, Nuevo Artica, Sarriguren, Erripagaña, fundamentalmente ocupados por gente joven, que están más mentalizados para hacerse revisiones y, sobre todo, que generan embarazos, una situación que nos consume muchísimo tiempo y no pueden estar en lista de espera, lógicamente. Esto afecta sobre todo a centros como Andraize, con Buztintxuri, o Ensanche, con Sarriguren. Está complicado redistribuir otra vez la población porque supondría decir a la gente que debe ir a otrO centro cuando lleva años yendo al suyo. Otra opción es trasladar recursos de CAM con población de más edad, y por tanto menos patología, a los que están un poco desbordados. Y la tercera, hacer las dos cosas. Es complicado, pero nos lo tendremos que replantear. No sabemos cuándo se hará porque con los recortes no es una prioridad y tampoco está suponiendo un problema serio. Afectaría fundamentalmente a estos dos centros, los que más presión están recibiendo. Si vemos que las listas empiezan a hincharse, habrá que actuar y si ello supone un cambio de centro espero que la gente sea comprensiva y entienda que es en su beneficio.

¿Y abrir el CAM de Sarriguren?

Pensábamos abrirlo en enero, pero en estos momentos no está contemplado hacerlo, no se va abrir, aunque estamos pendientes de una moción a los Presupuestos que ya se tenía que haber presentado y tiene posibilidades de ser aprobada porque están de acuerdo UPN y PSN.

¿Está de acuerdo con Alberto Ruiz Galardón en que el aborto es una forma de violencia género?

Estoy de acuerdo en que quizás deberíamos, todos los ginecólogos, dedicar más recursos a la prevención del embarazo, a la educación sexual de los jóvenes para que sean más responsables respecto a los embarazos e infecciones de transmisión sexual, pero me parece exagerado decir que las mujeres se sienten presionadas para llegar a abortar. Es una ley despenalizadora que consiste en no criminalizar a una mujer que decide abortar. Protege a estas mujeres, no obligar a abortar.

¿Consideraría un retroceso volver a la situación anterior a la vigente ley?

Está claro que es un recorte.

No hay posibilidad aún de abortar en la sanidad pública. ¿Es real que el problema sea la negativa de los ginecólogos como dice Salud?

No es del todo real. En Navarra, como en el resto de CCAA, hay ginecólogos dispuestos a realizar abortos. El problema aquí viene de que a finales de los 80 se realizaron diez abortos y las personas que los hicieron por uno de ellos fueron llevados a juicio y vapuleados por la sociedad. Aquellos ginecólogos, aún en activo, no están por la labor de sentirse tan desprotegidos. El problema desde el punto de visto de los profesionales es ese. No es cierto que no haya ginecólogos, los hay, pero se sienten desprotegidos y no están dispuestos a que se repita la situación.