El mal tiempo al que estamos empezando a acostumbrarnos en Pamplona los meses de junio y especialmente julio, sumado a las fiestas de San Fermín y la crisis económica, que va en aumento, está obligando a muchos ciudadanos a colgar el traje de baño y optar por remojarse en ocasiones puntuales. "Hemos observado una afluencia similar al año pasado, pero es cierto que ahora, el que no usa las instalaciones a menudo, se da de baja. Antes, se aguantaba más", apuntó Mª Ángeles Gorena, gerente de Lagunak.

Este año, las piscinas de Barañáin cuentan con 10.479 socios, 423 menos que la temporada de verano de 2011. La diferencia, en este caso, no es significativa pero, como señala Gorena, el tiempo es el que marca la dinámica. "Lo que queremos es que la gente aproveche su abono, no solo para utilizar las piscinas exteriores. El frontón, las pistas de tenis, los asadores, la piscina cubierta... Todo ello va incluido en la entrada y los socios pueden pasar un buen día aunque esté nublado", explicó la gerente. En el caso de Anaitasuna, hay muchos socios que usan el recién construido gimnasio de musculación. "Hay quien solo viene a eso y casi no usa la piscina. Otros, por su parte, utilizan la pista de padel, tenis, frontón...", explicó Mara Santolaya, recepcionista del club.

En el caso de la piscina municipal de Aranzadi, el tiempo es el gran marcador de asistencia, ya que, como la mayoría compra la entrada cada vez que quiere disfrutar de las instalaciones y hay pocos socios permanentes, "en un día de mucho calor puede haber 2.000 o 3.000 personas, mientras que, si el cielo está nublado, solo ocupan el recinto alrededor de 200 clientes", afirmó Juanjo Saura, uno de los responsables de las piscinas. Ayer, por suerte, fue un día caluroso, la misma previsión que se espera para mañana, "pero luego las temperaturas vuelven a bajar. Esperemos que en agosto haga calor. Al menos, la primera semana de junio el tiempo respondió, algo que no hizo el pasado año", recordó Saura.

En AD San Juan son menos optimistas y, como señaló Blas Cantero, regente del bar, "de momento, la temporada está siendo desastrosa y las cosas no se espera que mejoren este fin de semana. Aquí trabajamos lo justo, comidas y cenas, y estamos como el año pasado. Hasta que no salga el sol y aguante unos cuantos días... igual habrá que esperar hasta agosto. De momento, nos toca aprovechar estos pequeños respiros".

Los Sanfermines tampoco han ayudado a que las piscinas se llenen, a pesar de que a algunas como la de San Juan o Aranzadi han acudido personas de fuera de Navarra para aprovechar a ducharse y pasar el día, especialmente gente joven. "Quitando los días de calor, de Pamplona no vino nadie", dijo Ana Jiménez, recepcionista de las piscinas de San Juan.

LA HORA DEL ALMUERZO

Una parada indispensable en toda piscina, al menos hasta hace unos años, es el bar. La caña del mediodía, la comida con la posterior partida de mus o chinchón de sobremesa o el helado y las chuches de los más txikis para merendar cada vez parecen ser más prescindibles.

"El consumo está más retraído y cada vez, más gente opta por traer comida de casa. Ahora, después de los recortes anunciados el viernes, supongo que irá a peor", contó Jesús Sucunza, encargado del bar de Anaitasuna. "Llevamos dos años sin modificar los precios, pero antes la gente tomaba un par de cubatas y ahora uno, o ninguno. Hemos tenido más verano en abril y mayo juntos, que ahora, en junio y julio", lamentó el encargado.

En el bar de Lagunak, "la crisis también se nota muchísimo. Ahora casi todo el mundo se trae la comida de casa y en el bar consumen la bebida o la merienda. Quienes optan por comer aquí, se decantan por bocadillos, sandwiches, raciones... y no por menús, como pasaba antes", afirmó Marian Lacosta, cocinera y socia del bar. Aquí, los precios son más baratos que en establecimientos normales (caña, 1,30 euros; café, un euro y bocatas, como mucho cuatro euros), pero, aun así, notan mucho la crisis. Para paliar sus efectos, los responsables del restaurante han tenido que recortar en personal y diseñan el menú "al gusto del consumidor. Los que más poder adquisitivo tienen son los niños. Su ración de chucherías y helado no falla nunca", afirmó Lacosta.

En Anaitasuna tienen carta de bocadillos, platos combinados y self service en torno a nueve euros; ésta última opción, instaurada el pasado año. "Nos decantamos por este tipo de oferta para abaratar costes y ahorrar. Al no tener tanto gasto en camareros, al cliente le sale más barato comer", explicó Sucunza, de Anaitasuna. El precio del plato combinado oscila entre los 5,85 y los 7,95 euros, mientras que los bocadillos varían entre los 3,50 y 4,60 euros.

Por el self service se han decantado también los del bar de las piscinas de Aranzadi. Los dueños, que adquirieron el establecimiento este año, reconocieron que la temporada está siendo floja, "aunque, de momento, los números salen. Tenemos self service por 10 euros, que incluye primero, segundo, postre y bebida. Pero la gente prefiere comer un solo plato, que cuesta alrededor de 4,50 euros. Aunque lo que más se consume son refrescos, helados, bollería y café, ya que la comida la traen de casa", apuntó el propietario.

En las piscinas de San Juan, el menú ronda los diez euros entre semana y los doce el fin de semana; los bocatas, cuatro euros y medio bocata, 2,75 euros. Por último, el plato combinado, 9,50 euros.

ENTRADAS PISCINA DÍA

l Lagunak. De 18 a 64 años, empadronados: 10,50 euros. No empadronados:20 euros. Abono socios: 13,5 euros/mes.

l Aranzadi. De 14 a 24 años: 3 euros (abono verano 58,05 euros).De 25 a 64 años: 4,30 euros (abono verano 77,45 euros).

l Anaitasuna. Adultos entre semana: 15 euros; fin de semana:18 euros. Abonos: 175 euros/mes

l San Juan. Adultos entrada día: 15 euros y a partir de las 16.00horas: 10 euros. Abono temporada: 450 euros.