pamplona. Un grupo de investigadores españoles ha desarrollado un nuevo tratamiento, mínimamente invasivo, que permite corregir con éxito la fisura de labio y paladar -conocida como labio leporino-, desarrollado a partir del pachón navarro, que presenta esta deformación de forma congénita con mucha frecuencia. Según informó la Clínica de La Luz, la técnica se basa en la aplicación de proteína morfogenética de hueso en la fisura del paladar y ya ha sido probada con éxito en esta raza de perro "con resultados satisfactorios".

Lo que se buscaba era conseguir "no sólo cerrar bien el paladar, sino que los huesos crezcan correctamente para evitar posteriores cirugías necesarias para dar un perfil correcto a la cara", explica la investigadora Beatriz Berenguer, quien añade que con esta técnica se consigue que los bordes de la fisura se acerquen "de modo que no haya que levantar todos los tejidos del paladar para cerrar la fisura".

Para conseguirlo "inyectamos la proteína en los bordes de la fisura y aunque luego hay que abrir y coser no hace falta levantar el paladar ni realizar cirugías posteriores como ocurre ahora y de este modo restringimos menos el crecimiento facial", explica.

La aplicación de esta técnica en los citados perros ha logrado "resultados satisfactorios" hasta edades equivalentes a los cinco años en un niño y los investigadores se plantean ahora el inicio de un ensayo clínico para poder probarla en seres humanos. La fisura del paladar, que afecta a uno de cada 700 bebés, se opera alrededor de los nueve meses de vida, que es justo antes de que aparezca el primer lenguaje, ya que la deformación impide desarrollar el habla de forma adecuada. Lo que se hace actualmente es levantar todo el tejido del paladar para suturarlo en su línea media. Este procedimiento consigue buenos resultados en cuanto al cierre del paladar y el habla, pero la cicatriz que produce la intervención puede impedir que luego los huesos de la cara crezcan correctamente", señaló Berenguer.