PAMPLONA. El euskera procede del dogón, uno de los idiomas hablados en Mali, según un estudio lingüístico realizado por el filólogo y profesor Jaime Martín, que ha comparado 2.274 palabras de ambos idiomas encontrando semejanzas en el 70% de ellas.
Martín, licenciado en Filología Románica y profesor numerario de Lengua y Literatura en el Instituto Cervantes de Madrid durante cuarenta años, ha dedicado doce a comparar el euskera y el dogón, sus estructuras lingüísticas y vocabulario. Su conclusión, resumida en el estudio Un enigma esclarecido: el origen del vasco, es que el dogón -hablado actualmente por unas 300.000 personas- es la lengua originaria del euskera.
Según explica el filólogo, hace unos años leyó una tesis sobre el dogón de la francesa Geneviève Calame-Griaule, la hija del mayor experto sobre este pueblo, y fue en esa lectura cuando "desde las primeras palabras", observó que había "similitudes entre ambos idiomas en la forma y el significado", por lo que decidió investigar aplicando los criterios científicos, porque el parecido "no podía ser casualidad". Para ello, comparó la estructura lingüística y el vocabulario.
Sobre la primera, el dogón y el euskera coinciden en el orden de colocación en las frases, con el sujeto al principio, el verbo al final -la gran diferencia con las latinas- y el objeto directo en el centro. También el demostrativo (este, ese) va después del nombre, cuando en latín y castellano va delante. "Me llevé una sorpresa", ha confesado. Difieren en que el euskera conserva las declinaciones, como el latín o el griego, que el dogón no tiene.
Sobre el vocabulario, ha comparado 2.274 palabras de ambas lenguas, con un resultado de 1.633 pares, el 70% de semejanza. Según el autor, la lingüística comparativa dice que a partir del 50% de semejanza se puede hablar de parentesco entre dos idiomas.
Ejemplos de palabras casi idénticas: bede/bide (camino en dogón y euskera, respectivamente); soro/soro (tierra agrícola); beri/bero (caliente); pipilu/pipil (capullo); gara/garai (alto); bana/banandu (separar); gogoro/gogortu (aferrarse); togi/toki (lugar); kose/gose (hambre). También encontró palabras en euskera compuestas por dos vocablos dogón, como sani de/senide (hermano). Además, observó una mayoría de vocablos que eran más antiguos en dogón que en euskera.
Según su teoría, la desertización del África subsahariana llevó hace siglos a los pueblos que allí vivían a emigrar hacia la Península Ibérica; de ahí la expansión de los vocablos. Así, según este profesor, el euskera, sobre el que ha habido multitud de teorías sobre su origen, ninguna concluyente, tendría un origen africano.
Otros estudios lingüísticos, como el de Antonio Tovar, que comparó el euskera con idiomas como el bereber, el egipcio el copto y tres lenguas caucásicas, solo llegó a una semejanza del 7% de las palabras entre los idiomas. Por su parte, como Koldo Mitxelena, el lingüista vasco más destacado, rechazó la vinculación del euskera con lenguas africanas.
Jaime Martín contactó con el servicio de difusión del euskera de la Universidad del País Vasco y la editorial Auñamendi para presentarles su estudio, aunque sin éxito: "Me duele decir que no me contestaron", ha contado el lingüista.