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Ponme un 'café pendiente'

la cafetería bikintza de villava, la primera que se suma a la iniciativa social en navarra

Ponme un 'café pendiente'foto: unai beroiz

IMAGINA que entras en la cafetería de un amigo, pides dos cafés con hielo y pagas cuatro. Poco después, aparece una persona con dificultades económicas que se acerca a la barra y le dice al camarero: no tengo dinero pero, ¿me podrías poner un café? "Ya han dejado por aquí uno pendiente" le responde el hostelero mientras le sirve, como a cualquier otro cliente, un café con leche que puede disfrutar sin pagar un céntimo. Así funciona la iniciativa solidaria bautizada como café pendiente que llevan a cabo más de 190 establecimientos en toda España.

La idea nació hace más de un siglo en Nápoles. Cuando un obrero tenía algo que celebrar, bebía un café y dejaba otro caffè sospeso para quien viniese y no pudiese pagarlo. Un acto de solidaridad completamente anónimo que renació en Italia en 2008 fruto de los efectos de la crisis y que ya se ha extendido por medio mundo. Se trata de una cadena solidaria en la que el consumidor paga su taza y deja el importe de una o varias más en carácter de pendientes para quien no puedan pagarlo.

El canario Jonay Estevez ha sido el primer hostelero en traer esta iniciativa a Navarra. Hace cuatro meses abrió la cafetería Bikintza en Villava y decidió añadir a su menú los cafés pendientes "ante la sorpresa de que no lo hiciera ningún establecimiento en Navarra. Vi la iniciativa por televisión, me puse en contacto con la Web cafespendientes.es que coordina el proyecto y ellos te lo ponen muy fácil", explica. En cuatro meses, el hostelero ha servido 10 cafés pendientes, generalmente a personas mayores de 50 años, que viven en la calle y están acostumbradas a pedir, porque los vecinos que están en el paro aún no se animan. "Esto es como un confesionario, si pides un café pendiente, se te sirve como a cualquier otro cliente y no sale nada" añade Jonay.

Cada vez que alguien deja un café solidario Jonay añade una raya, y ya van 17, a la pizarra que ha colocado en la barra y por la que preguntan extrañados muchos clientes. "La iniciativa se ha difundido por las redes sociales pero la gente mayor que suele frecuentar este tipo de bares no la conoce. Excepto un francés que preguntó directamente por los cafés pendientes, el resto de personas que venían a pedir un café sin tener dinero no sabían nada", apunta Jonay, quien ha constatado que la mayoría no conoce el proyecto pero "en cuanto se lo explicas se toman su café y te dejan otro pendiente".

Además, Jonay Estevez lleva la iniciativa más allá donando todo el dinero recaudado con los cafés pendientes a Cruz Roja. "Es una manera de colaborar de otra manera, al final el 100% del dinero de los cafés pendientes tiene un destino solidario", recalca.

El proyecto, que llegó a España de manos de Gonzalo Sapiña, un joven profesional del marketing, se ha extendido a otros sectores y ya existen carnicerías y bares que han incluido las hamburguesas y bocadillos pendientes en sus menús.