El limbo legal del e-cigarro
a falta de estudios científicos, europa lo regula como medicamento solo si contiene propiedades beneficiosas
EL mercado del cigarro electrónico está en auge y como incipiente negocio ha requerido también una regulación un tanto descafeinada por parte de la Comisión Europea que buscaba dotar de un marco legal a esta alternativa o producto sustitutivo del tabaco. Esa normativa suave contentó a los eurodiputados y a la Mesa del Tabaco y preve que aquellos cigarros electrónicos que se presenten como método terapéutico deberán ser regulados como un medicamento y aportar los estudios científicos que así lo demuestren. El resto solo les regirán limitaciones como el hecho de que no puedan contener más de 30 mg/l de nicotina (las dosis de 18 o 24 mg se suministran para fumadores compulsivos), deberán incluir advertencias sanitarias en su comercialización y no se podrán vender a menores de 18 años.
El cigarro electrónico, que ya se comercializaba con intensidad en Internet (en Navarra existen webs como alvapeo.com o páginas de Facebook como navarvap), ha llegado también a las tiendas a pie de calle. En Pamplona son dos los establecimientos que han abierto en menos de una semana: Vapeos, un proyecto del pamplonés de 45 años David Flandes Gallo; y Store Team, una franquicia que ha dado al pamplonés José Luis Solabre Heras, de 57 años, la concesión.
La nueva directiva, anunciada ayer por la Eurocámara y a falta de cerrarse, propone establecer una normativa común sobre la composición y consumo de estos cigarrillos. Una nueva regulación recibida con optimismo por Solabre, ya que "uniformiza unas normas entre todos los países para que se le dé la información propia del aparato al consumidor. Esta regulación va a hacernos un favor y el consumidor podrá conocer mejor lo que está comprando". Desde Alvapeo.com lo ve también positivo porque "va a mejorar la trazabilidad y la seguridad de aquellos productos que se venden y va a dar un cierto orden en el apartado de los líquidos". Unos líquidos que para David Flandes ya están suficientemente regulados: "Los líquidos ya pasan por controles de la UE".
El vapeo se presenta como una oportunidad para dejar de fumar. Solabre era fumador, después consumidor de cigarros electrónicos y ahora los vende. Él cuenta que le ayudó: "Aunque si se quiere dejar de fumar, hay que tener tomar la decisión, esto es una alternativa y en ocasiones una ayuda. Y no es lo mismo aquel que se fuma dos paquetes que el que fuma cuatro cigarros". Para la web alvapeo.com la realidad del vapeo "viene para quedarse y sin duda sustituirá a medio plazo al cigarrillo tradicional. Tres de cada cuatro fumadores querrían dejarlo y hoy uno de cada cuatro adultos es fumador. Eso nos lleva a pensar que en Navarra puede haber alrededor de 125.000 fumadores. La mayor parte de las personas que se pasan al vapeo son fumadores de mediana edad, a partir de los 40 años y que quieren dejar de ser unos apestados. Lo hacen por salud y dinero".
los médicos, expectantes Hasta el momento, solo dos estudios se han atrevido a analizar la eficacia de este producto. Pero no hay una evidencia científica. Desde la Asociación Española de Neumología advierten que los e-cigarros poseen algunas sustancias idénticas a las que lleva el tabaco tradicional y la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso de cigarrillos electrónicos, cuando menos hasta que algún organismo regulador constate la eficacia, seguridad y calidad de estos productos. "A día de hoy, no hay evidencia científica de que los cigarrillos electrónicos sean seguros; los análisis científicos muestran que la cantidad de nicotina y de otros productos químicos contenidos en los mismos varía notablemente, por lo que el consumidor no puede saber qué hay en cada producto". En esta línea incide el médico Plácido Gascó que afirma que "el vapeo ha triplicado su consumo. Hay unos 900.000 vapeadores en España y unos 8.000 en Navarra. Es posible que en un futuro se utilice para dejar de fumar pero a día de hoy no se ha demostrado científica o médicamente que sea así. De todas formas es un arma de doble filo porque si damos el mensaje de que hace menos daño la gente se va a confiar y el tema del tabaco se va a perpetuar. También se ha demostrado que las cargas de nicotina en los e-cigarros son inestables, a veces su absorción es más alta, que tiene partículas cancerígenas como el tabaco aunque con daños más reducidos y sus efectos a medio plazo son desconocidos".
La estanquera Salomé Ibáñez opina que "el cigarrillo electrónico está en el punto de mira de la directiva del tabaco. Está pensado para satisfacer ese ansia de fumar, como sustitutivo del tabaco. Es un producto no para dejar de fumar. Es urgente regularlo porque se vende sin control, sin graduar la nicotina". Sin embargo, Alfonso Ruiz Idoate, un vapeador experimentado navarro, discrepa de este análisis: "Esto supone el espaldarazo definitivo al cigarrillo electrónico. Hay que apoyarlo y no ponerle palos en las ruedas. El beneficio de un vapeador es que no existe la combustión como en el tabaco, no se quema nada, consiste en evaporizarlo. Con esto no molestas a nadie y ahí reside su éxito, porque puedes vapear donde quieras".
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