pamplona - Aunque hay diversos aspectos que pueden denotar que un coche ha sido robado, hay dos elementos esenciales que los agentes de la Guardia Civil revisan en un control en busca de pistas que lo confirmen: la documentación del vehículo y el número de bastidor o número VIN, una combinación alfanumérica que identifica y diferencia a cada vehículo y que los ladrones intentan manipular y falsear para ocultar el origen fraudulento.

Desde 1981, todos los vehículos europeos y norteamericanos incorporan un número de bastidor único de 17 caracteres, un código que tiene muchas aplicaciones importantes, entre ellas revelar datos relevantes sobre el historial del vehículo. Además, los talleres de servicio utilizan el VIN para identificar el motor y los sistemas de transmisión y freno instalados por el fabricante para poder llevar a cabo correctamente el mantenimiento.

Este código, que es usado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para identificar y recuperar vehículos robados y sus piezas, puede estar ubicado en distintas partes del turismo, pero la más habitual es sobre el salpicadero, siendo posible verlo a través del parabrisas, y también en un adhesivo en el montante de la puerta del conductor. También puede estar ubicado sobre el motor, capó y otras piezas, y asimismo puede aparecer en la documentación del vehículo, pólizas de seguro, registros de servicio e informes policiales relativos al vehículo.

El abanico de técnicas para intentar burlar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en este campo es amplio: desde burdas manipulaciones, hasta "trabajos finos" llevados a cabo por las redes con mayor infraestructura, que llegan a "colocar chapas sobre el número auténtico que pulen y vuelven a troquelar con el número legalizado", indican desde la Guardia Civil. - J.M.