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La estatua de Bécquer robada en Aragón y que apareció en Tudela no puede reconstruirse

El Ayuntamiento de Trasmoz se personará como acusación en el proceso

La estatua de Bécquer robada en Aragón y que apareció en Tudela no puede reconstruirseFoto: Pérez-Nievas

pamplona - El Ayuntamiento de Trasmoz, localidad zaragozada de apenas sesenta habitantes, ejercerá la acusación en el proceso judicial que se sigue contra las tres personas autoras del robo de la estatua del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, que era una de las joyas del patrimonio municipal. La Policía Foral recuperó en Tudela la estatua de bronce, de dos metros de altura y 300 kg de peso, que fue sustraída una semana antes de las inmediaciones del Castillo de Trasmoz, en la provincia de Zaragoza. En el marco de esta operación, la Policía Foral arrestó a G.A.P., de 25 años y vecino de Tarazona (Zaragoza); M.R.M.C., de 46 años y vecina de una localidad zaragozana cercana a la anterior; y F.S.C., de 48 años y vecino de Tudela y dueño de la chatarrería en la que se habían vendido ya partes de la estatua por 2,50 euros/kg.

Ahora, el alcalde de Trasmoz, donde ya se dispone de las piezas recuperadas, ha afirmado que estas no son posibles de ensamblarse y el escultor, Luigi Maráez, ha confirmado que no pueden volver a utilizarse los restos de la escultura. En declaraciones a El Periódico de Aragón, el alcalde Javier Moliner, aseguró que "lo único para lo que sirven las piezas de bronce ahora es para ser fundidas y es una lástima". La idea del artista sevillano es utilizar las piezas, que conservan los moldes originales, para incorporarlas a una nueva figura. Además, el regidor confirmó asimismo que se siguen buscando algunas partes de la estatua que han podido desaparecer.

El hallazgo de la estatua por parte de la Policía Foral fue casual, después de que el coche en el que viajaba la pareja detenida se quedara parado en un arcén de una carretera en Tudela debido a una avería en el motor. Los agentes acudieron a auxiliarles pero percibieron un nerviosismo en el conductor que les hizo mirar en el maletero y hallar allí algunas de las partes de bronce de la estatua. Otras ya habían sido vendidas en la chatarrería ribera. - E. Conde