Joyas robadas buscan dueño
Las joyas recuperadas por la Policía en operaciones contra grupos delictivos son un compendio de recuerdos y piezas personalizadas cuya identificación ayuda a la investigación
decenas de cadenas, anillos, pendientes, pulseras, relojes y otras piezas de joyería reposan en una mesa de la Jefatura Superior de Policía de Navarra. Isabel y Emilio, ambos vecinos de Pamplona, recorren con la mirada los objetos intentando localizar aquellos que les fueron sustraídos por la fuerza de sus domicilios. Ninguno de ellos tiene suerte. "Leí en el periódico que la Policía había detenido a un grupo de ladrones y que habían recuperado muchas joyas, y que las víctimas de robos podíamos venir a ver si reconocíamos alguna de ellas. En mi caso eran un reloj, una monedas antiguas y un collar, pero no están aquí", lamenta Isabel. "A mí me robaron hace dos años un sello antiguo y un reloj, y algunas joyas más. He venido varias veces a ver si las encontraba, en otras operaciones, pero por ahora no han aparecido. No puedo dejar de seguir intentándolo", afirma Emilio destacando el valor sentimental de esas pertenencias.
El pasado jueves, solo un día después de que el Cuerpo Nacional de Policía difundiera los resultados de la operación Roncesvalles, llevada a cabo por los agentes del Grupo III y que permitió esclarecer 40 robos de domicilios en la Comarca de Pamplona, 31 personas se acercaron a las dependencias policiales intentando identificar alguna de sus propiedades entre el alijo de piezas de joyería recuperadas. Algunas de ellas sí tuvieron éxito y pudieron regresar a sus casas con aquella joya que habían dado por perdida para siempre y, de paso, colaborar con la investigación.
Según explica uno de los responsables de la operación policial, la individualización de las piezas es una tarea compleja, pero "las inscripciones que suelen realizarse en anillos, pulseras, colgantes o relojes son determinantes para poder identificar una joya. Las hay que tienen nombre completo, e incluso el número del DNI, que relacionan de forma indubitada al legítimo propietario con la pieza en cuestión, lo que facilita mucho nuestro trabajo policial. Hay otras medallas que tienen grabadas frases alusivas a algún problema de salud o al grupo sanguíneo, que dan pistas, pero son más ambiguas. Lo ideal sería al menos grabar un apellido, ya que con ello tendríamos un porcentaje de identificación del 100%".
la denuncia, clave
Fotografías de las piezas
Una imagen vale más que mil palabras
Los afectados que acuden a la comisaría de Pamplona a reconocer una joya deben aportar la denuncia en la que hicieron constar los efectos sustraídos de sus domicilios. "En ellas figuran las piezas robadas, con una descripción, la inscripción si la tiene, etc. En algunos casos se adjunta un dibujo que se pide al afectado que realice para ver la forma de la joya en sí". En este aspecto, desde el Grupo III se incide en la importancia de "hacer un pequeño reportaje fotográfico de las joyas que tenemos en casa. Lleva unos pocos minutos y puede ser de mucha utilidad en el caso de sufrir un robo, porque es la mejor forma de identificarlas. Muy poca gente tiene sus joyas fotografiadas en detalle y es una herramienta muy útil".
Además de permitir que las víctimas de un robo recuperen sus pertenencias, la identificación de efectos sustraídos contribuye a afianzar aún más la investigación policial, ya que "suponen esclarecer y atribuir nuevos hechos delictivos a los detenidos", según destaca uno de los responsables del Grupo III, quien recalca que "yo siempre le digo a la víctima que si quiere que recupere aquello que le han robado, tiene que ayudarme, tiene que ser parte activa".
Identificada una pieza por su legítimo propietario, esta se entrega en depósito, es decir, con la condición de que sea puesta a disposición del procedimiento judicial si es requerida. Aunque las joyas recuperadas en una operación se exhiben durante varios días, una vez retiradas y entregadas al juzgado, "cualquier afectado puede revisarlas mediante los reportajes fotográficos que realizan los compañeros de Policía Científica y se sigue el mismo procedimiento que en los casos anteriores".
Aunque "el 99,9% de las personas que vienen a dependencias policiales son honestas -advierten desde el Grupo III-, hay un pequeñísimo margen para la picaresca, personas que intentan llevarse aquello que se parece a sus joyas, pero que no lo son. Si llega alguien sin denuncia, sin fotos, en ningún caso vamos a hacer acta de entrega hasta que no nos acredite que ha sufrido un robo", concluyen.
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