pamplona - Un bebé gestado en Ucrania por el procedimiento de maternidad subrogada, conocido con el término de vientre de alquiler, ha logrado ser inscrito en el Registro Civil de Pamplona como hijo de un matrimonio navarro aunque, eso sí, con dos madres. Es el primer bebé gestado en estas circunstancias que se registra en la Comunidad Foral pero su inscripción es peculiar.
El bebé vino al mundo en Kiev el pasado 1 de septiembre y crece sano y alegre en una localidad navarra al amparo de su padre genético y de su madre adoptiva, una circunstancia derivada de la actual legislación española que, de momento, no reconoce como legal esta vía de procreación. El matrimonio protagonista de esta historia ha abierto con ello una opción poco explorada en al Comunidad Foral, de la que se podrán beneficiar otras parejas que por diversas circunstancias no pueden tener hijos e hijas y a quienes el camino de la adopción se les hace largo y complicado.
La historia de esta “feliz” pareja arranca como la de otras muchas en la unidad hospitalaria de fertilidad donde, tras las correspondientes pruebas, tratamientos y fecundaciones in vitro (si la mujer es menor de 40 años la Seguridad Social proporciona tres intentos), recibe la información de que la futura madre es portadora de una enfermedad que le va a impedir la maternidad. “Después de esto, que para nosotros nos supuso un gran disgusto porque queremos formar una familia, tener descendencia, dos o tres hijos porque ya se sabe, es mejor tener hermanos para jugar, chincharse y eso”, comenta el padre, se dirigieron al departamento de Políticas Sociales para recabar información sobre la adopción.
El matrimonio participó en los cursillos -siete semanas, precisa el padre- y compartieron las sesiones de dos horas con otras cinco parejas. “Te preguntan qué edad quieres que tengan los niños y nosotros dijimos que preferíamos pequeño o pequeña si era posible. Por nuestra edad, en torno a los 42 años entonces, dijeron que sería de unos 7 u 8 años y que, además, el proceso sería largo, igual unos ocho años”. Para este matrimonio era mucho tiempo. “Nos pondríamos en más de 50 años”, lamenta el padre.
Fue a la salida de una de las sesiones cuando una de las parejas les comentó la posibilidad de la maternidad subrogada y “nos facilitó la dirección de una agencia de Barcelona de la que tenían buenas referencias”. “Nunca habíamos oido hablar de esto. Ni se nos había pasado por la cabeza”, apunta el padre del bebé.
Se pusieron en contacto con la agencia y viajaron a Barcelona varias veces. Una vez informados, eligieron el país, Ucrania, “por la cercanía, el precio y porque somos bastante parecidos”. La pareja, acompañada por un abogado, viajó a Kiev. “Te piden un montón de información, informes médicos y el adelanto de una parte del dinero. Cuando ya te decides, para elegir a la donante de óvulo, te enseñan un album de fotos y fue así como elegimos a una mujer de características similares a las nuestras”.
En cuanto a la mujer gestante, la proporciona la agencia. “En Ucrania todos esto es legal y la ley exige a estas mujeres que hayan sido madre. En nuestro caso, la mujer tiene dos hijos y nos reconoció que se ofrecía a tener nuestro hijo por dinero”. La pareja navarra tuvo suerte, y la madre gestante se quedó embarazada en el primer implante, algo que no siempre ocurre. “En ese momento -asegura el navarro que prefiere permanecer en el anonimato por preservar la inmitidad de su vástago- sientes una alegría inmensa... después de todo lo que has pasado, ves más cerca al hijo o hija...”. Durante el periodo de gestación, el matrimonio fue recibiendo cada semana información de las ecografías y del desarrollo del embarazo.
seguimiento y compañía Los preparativos y el posterior análisis genético del menor, el ADN, se realiza en una clínica privada y el parto en un hospital público. A partir del mes siete de gestación, comienzan los preparativos del viaje para recoger al bebé. El vástago, una niña, nació el 1 de septiembre y fue cuando la pareja conoció a la madre gestante. “Nos dijo que en un principio lo hacía por dinero pero que también pensando en nosotros para que pudiéramos ser padres ya que sabía de los pesares que tienen las parejas que quieren tener hijos y no pueden”.
La madre gestante permaneció ingresada cinco días para su recuperación y pasado este tiempo, en el que no amamantó ni cuidó a la niña, ésta fue entregada a sus padres que permanecieron con ella 18-20 días en un piso de la agencia, que compartieron con otras parejas, y donde recibían la visita del pediatra. En este tiempo realizaron los trámites en el consulado. Llevaron la documentación, incluida la renuncia de la madre gestante a este bebé que tiene el apellido del padre y de la madre gestante mientras concluya la adopción de la madre real. Ya con pasaporte, la menor con sus padres llegó a Navarra.
clave legal
el bebé viaja con pasaporte español
Práctica alegal. “A pesar de que la legislación española no admite la posibilidad de engendrar en España un hijo mediante un vientre de alquiler, son muchas las parejas que optan por realizar esta práctica en otros países donde sí es legal”, explica Dídac Sánchez, presidente y fundador de Subrogalia, agencia que tramitó la maternidad al matrimonio navarro. Sánchez reconoce la complejidad que entraña el registro de estos bebés nacidos en el exterior, dado que en el Estado español esta “nueva maternidad es alegal”, precisa. “El niño se inscribe porque el Código Civil reconoce la paternidad biológica del padre, y la Constitución española garantiza que todo hijo de español es español” añade. Tras la inscripción en la embajada o consulado “se otorga la filiación, y se expide pasaporte español, así como libro de familia. El bebé entra ya como ciudadano español en España, no como un extranjero, puesto que posee ya su propio pasaporte español”, reitera Sánchez.
datos
Demanda. Hace más de dos décadas que la gestación subrogada llegó a España de la mano de famosos que hicieron así realidad su sueño de ser padres. El interés por esta técnica ha ido en aumento a la par que los problemas de infertilidad. Las familias que recurren a esta fecundación defienden que “no alquilan ningún vientre”, sino que “subrogan el embarazo a una mujer que dona su capacidad de gestar un embrión”.
Precios. La maternidad subrogada con fines de lucro es una industria millonaria, en parte por el alto costo de los tratamientos médicos, las implicaciones legales y el dinero que reciben las madres sustitutas. Las tarifas totales rondan los 70.000-120.000 euros en EEUU; 40.000 a 60.000 en Rusia o Ucrania o 43.000 en México, según algunas agencias gestoras que se anuncian en Internet.
Siete destinos. En el Estado español la gestación por sustitución no está permitida, aunque se reconoce como método de reproducción asistida en la ley de 2006. Establece que el contrato por el que se acuerda la gestación a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante, haya o no remuneración, “se considera nulo de pleno derecho”. En este momento es posible llevar a cabo una gestación subrogada en EEUU, México, Rusia, Ucrania, Georgia, Kazajistán y Tailandia, señala Dadic Sánchez, de Subrogalia, una de las agencias que tramitan este tipo de gestación subrogada.