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Tragedia en Biescas, pesadilla en Bankia

SERGIO MURILLO PERDIÓ A SUS DOS PADRES Y DOS HERMANOS EN BIESCAS EN 1996 Y AHORA EN BANKIA PERDIÓ 520.000 EUROS EN PREFERENTES EN LAS QUE INVIRTIERON AL SER INDEMNIZADO

Tragedia en Biescas, pesadilla en BankiaE.C.

El caso de Sergio Murillo Saldías llenó páginas de este periódico, reunió infinidad de muestras de afecto y lagrimas en silencio, cuando un muchacho de Barañáin de 16 años contaba cómo en agosto de 1996 por una maldita riada en el camping de las Nieves de Biescas perdió a su padre Francisco Javier, a su madre Presentación y a sus hermanos pequeños Susana y Alberto. A veces solo teclear la historia de Sergio pone los pelos de punta. Tras diversos avatares, batallar en muchas puertas e instancias y años de discusiones judiciales, agarrado siempre al consejo de su abogada Elena Melero, Sergio Murillo recibió en diciembre de 2005 una sentencia favorable de la Audiencia Nacional debido a que la riada “era previsible y evitable”. Recibiría como indemnización 777.575,43 euros a pagar por la CHE y la Diputación General de Aragón. Una vez con esa cantidad en sus manos, a Sergio se le planteó otro disyuntiva: ¿cómo poner a buen recaudo ese dinero? A la vista de los hechos posteriores, no tomó la elección correcta.

Aconsejado por un familiar, Sergio Murillo decidió acudir a la oficina de Caja Madrid de Pamplona para que gestionaran dos terceras partes de la indemnización que percibió. En total, 520.000 euros que a día de hoy se han esfumado como víctima que ha sido de dos compras de preferentes y una de obligaciones subordinadas, productos de compleja ingeniería financiera y que han arruinado a miles de clientes por la quiebra de la entidad, ahora integrada en Bankia. Por tal motivo, para anular dichas compras de acciones, Sergio Murillo demandó a Bankia ante el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Pamplona, donde ayer se celebró el juicio civil.

Es sintomático que en la vista oral no acudiera siquiera el director de la oficina bancaria con el que Sergio trataba habitualmente de sus inversiones. Así, por parte de la entidad, solo acudió una exempleada, que por entonces fue nombrada gestora personal de los fondos de Sergio Murillo, al que afirmó que ni conocía. “Le recuerdo como cliente pero todas las operaciones las hacía con el director. Yo no llegué a asesorarle”, dijo.

DINERO BLOQUEADO En la interposición de la demanda, Sergio Murillo recordó que “dada su ignorancia y falta de experiencia en el mundo financiero pidió productos seguros y garantizados a fin de tener la indemnización de su familia a buen recaudo para en un futuro comprar una vivienda y llevar una vida tranquila. Nunca quiso elevados intereses, sino seguridad y tranquilidad”. Así, en mayo de 2009, contrató preferentes y obligaciones de Caja Madrid por 35.000 euros por consejo del director, e hizo lo mismo instado por la misma persona en junio de 2010 donde contrató 160.000 euros y otros 325.000 euros en subordinadas. Además, el director le aconsejó pedir préstamos al banco por 280.000 y 45.000 euros pignorando como garantía las obligaciones subordinadas. El préstamo lo sigue pagando hoy en día, por lo tanto no solo tiemblan sus ahorros, sino también su vivienda. Sergio decía que se le ofrecieron estos productos como “buenísimos” y que en la fase previa de la contratación “no se le ofreció ninguna documentación ni folleto”. Según Sergio, el director le dijo que “él se encargaba de todo y que solo tendría que pasarme a firmar” y que “el test de conveniencia que rubricó ni es veraz, ni cierto, y fue realizado sin contrastar”. Cuando en 2012 necesitó sacar parte de ese dinero para reformar su casa, “me encontré con que estaba bloqueado, que no podría retirarlo bajo ningún concepto ni asumiendo pérdidas”.

La letrada Elena Melero expuso en sala que “lo que nos ha acreditado la parte demandada es nada. Y hay que añadir a ello la obstinación y contumacia de Bankia a la hora de responder a esta demanda, su actitud ha sido de oposición total para mayor sufrimiento de Sergio, que le ha hecho verse privado de dos tercios de la indemnización”. Melero calificó de “desprecio” la actitud de Bankia con los derechos de sus clientes. El grupo bancario se opone a la indemnización porque a su entender se informó a Sergio Murillo de los riesgos elevados y de que este tipo de participaciones son perpetuas y sus beneficios están supeditados a la solvencia de la entonces Caja Madrid”.