Elkarkide: una lucha contra el estigma del trastorno mental
la entidad, que asiste a 367 personas, acaba de abrir un nuevo centro en iturrama con 40 plazas y con la estimulación cognitiva como seña de identidad
Son personas que sufren un trastorno mental y Elkarkide es para ellos el lugar donde acuden a socializar y normalizar su vida. Han pasado casi 30 años desde que se cerró la institución psiquiátrica de Pamplona, pero todavía quedan resquicios de una imagen sobre las personas con enfermedad mental que no se adecúa con la realidad. Luis Miguel Jaime y Miguel Ángel Larrañeta son algunas de las personas que luchan contra el estigma de sufrir un trastorno de este tipo y dos de las personas que han inaugurado el nuevo centro ocupacional de Elkarkide, en Iturrama, que abrió sus puertas en diciembre. Ambos sufren esquizofrenia, de la que fueron diagnosticados pasada la adolescencia y con la que han aprendido a convivir, gracias en gran parte a la labor que se desarrolla desde esta entidad.
“Si la gente de la calle relaciona loco y manicomio no se avanza. Eso es anacrónico. Somos personas con una enfermedad mental. Yo incluso empecé a estudiar Trabajo Social, pero necesitamos lugares y gente con paciencia. Algo se avanza porque hace 30 años igual estábamos encerrados, pero poco”, señala Jaime. Larrañeta, de la misma opinión, apunta que “antes la gente te tenía miedo”, pero cree que esa percepción va cambiando “poco a poco”. “Hay que trabajarlo. Salir más en jornadas y medios de comunicación y que la gente sepa que vales aunque puedas tener una limitación”, resume Jaime.
Y es que, tal y como expone Olga Barbarin, directora de este nuevo centro de Iturrama, “hablar de personas con trastorno mental grave todavía es hablar de ignorancia, de miedo, de prejuicios...”. “La imagen sí que ha mejorado pero todavía queda muchísimo. El estigma hay que trabajarlo y la responsabilidad es de todos: de las administraciones, de la sociedad... Hay que ir poco a poco”, indica. Otro de los problemas, como explica Ángel Gastón, director general de la entidad, es “meter todo en el mismo bloque”. “Es un tema muy complejo y que a las personas que lo padecen les genera un enorme sufrimiento. Lo sabes porque son conscientes de su enfermedad y te lo cuentan, te lo dibujan y te lo escriben. Si eso lo unes por ejemplo a la focalización de una noticia que va en detrimento de la imagen de la persona enferma, pasando a ser una persona que tiene que dar miedo a la sociedad, es más duro todavía, por ver que son rechazados o que la sociedad los mira de manera distinta”, insiste el director.
El tratamiento del tema a nivel social es todavía reciente e incluso a veces un tabú. “Hay muchas personas con una enfermedad mental que no dicen que la padecen a la hora de presentarse a un trabajo porque tienen miedo a que les rechacen. Hay que tener en cuenta que todo esto es un tema muy joven. Cuando se cerró el psiquiátrico en el año 1986 toda la responsabilidad del cuidado cayó en las familias y no había entidades de apoyo ni mucho menos entidades sociolaborales como esta”, afirma Gastón.
el nuevo centro Elkarkide, que se creó en 1991, es una empresa de iniciativa social sin ánimo de lucro orientada a mejorar la calidad de vida de personas con trastornos mentales a través de actividades ocupacionales, formativas y laborales. Cuenta con 4 centros ocupacionales a los que asisten 205 personas (Lizardi, Aranzadi, Las Labradas y el inaugurado recientemente Iturrama) y varios programas de integración laboral, que dan servicio a 162 personas. Este centro de Iturrama, que cuenta con 40 plazas y da trabajo a 9 profesionales, surge para dar respuesta a las nuevas necesidades que la entidad detectaba entre sus usuarios y se centra en un programa de estimulación cognitiva y ocupacional, dirigida a un grupo de personas con niveles de funcionalidad por debajo del perfil laboral.
“Nos dimos cuenta de que no estábamos dando la respuesta adecuada. Los centros ocupacionales tienen programas básicos de mantenimiento sociopersonal y capacitación prelaboral. Vimos que era necesario un recurso más específico, con programas más básicos y orientados al desarrollo personal y la autonomía, más que a la capacitación prelaboral”, explican Barbarin y Esther García, responsable del área social del nuevo centro. “Haremos actividades cambiantes, para que los usuarios no lo vivan como una rutina sino que continuamente se les estimule y motive con cosas distintas. El objetivo es que estén constantemente con la cabeza activa, trabajando diversidad de áreas con múltiples actividades y acompañados”, añade García.
Ambas piensan que el acompañamiento, la socialización y la normalización de la vida diaria son tres de los valores más importantes que aporta este centro ocupacional. “Las personas que interactúan con otros están mejor que las que están en sus casas y no se relacionan. Y así también se normaliza un horario y una estructura de vida. Que una persona diferencie entre un festivo y un laborable tiene mucho valor, porque está normalizando y entrando en unas dinámicas similares a las del resto”, comenta Barbarin. “Es un lugar de encuentro en el que son valorados, y la necesidad de aceptación y de cariño es fundamental para cualquier persona”, precisa García.
un paso más A nivel más global, de toda la entidad, las señas de identidad de Elkarkide son la participación social en actividades que no tienen que ver propiamente con la entidad y la innovación en el área laboral. “Llevamos a cabo acciones de participación y voluntariado en actividades gratificantes tanto para ellos como para la gente, en áreas sociales y medioambientales”, explica Barbarin, la directora de Iturrama. Plantaciones con escolares o donaciones de verdura y otros productos hortícolas a comedores sociales engrosan la lista de estas actividades, que buscan “pasar de la idea de que siempre nos están dando recursos o subvenciones a la idea de que nosotros también damos”.
Con respecto a la innovación, el director general Gastón explica varios proyectos en los que están trabajando, teniendo siempre en el horizonte la idea de la protección medioambiental. “Junto a una ingeniería de Navarra hemos trabajado en exclusiva para hacer eléctricos los carros de reparto de publicidad que utilizan las personas que trabajan en Elkarkide. A finales de enero ya tendremos los seis carros eléctricos, dando respuesta también a una demanda de los trabajadores, que nos pedían que los pesos y las cargas se repartieran de otra manera”, relata. Asimismo, destaca la metodología de explotación forestal que llevan a cabo las personas del área de servicios laborales de la entidad, novedosa en el Estado, y otro de los proyectos recientes que han asumido: la recogida de alimentos y aceite doméstico de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
“La oportunidad laboral de nuestra gente no pasa por hacer la subcontrata típica, nuestra gente no tiene oportunidad ahí. Y nos metimos en cosas que fueran normalizadoras y avanzadas, en todo el tema de innovación para marcar un diferencial y no ser la subcontrata de la subcontrata. Así, ahora estamos demostrando que se puede crear empleo de calidad haciendo cosas distintas gracias a la innovación”, resume Gastón. “Al final todo es generar política activa. Este año hemos creado en lo laboral unos 25 puestos de trabajo y 6 o 7 en lo ocupacional. Lo que hacemos es invertir los posibles beneficios en generar puestos de trabajo y que todo revierta en la empresa”, añade. “Buscamos cosas innovadoras y diferentes porque el sector de la discapacidad lo merece: no queremos hacer lo que hace todo el mundo, sino cosas que tengan valor tanto para quien las hace como para el mercado. Es una diferenciación en positivo”, concluye Barbarin.
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