pamplona - El físico de Isaba Pedro Miguel Etxenike habló ayer en Pamplona de la sublime utilidad de la ciencia inútil y concluyó que “más importante y, sobre todo, más rentable que fijar objetivos a la ciencia es crear un caldo de cultivo donde la curiosidad y la creatividad puedan florecer”. Este genial científico participará hoy en la Universidad Pública de Navarra en el pleno de Jakiunde, la Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras, de la que es presidente de honor.
La sublime utilidad de la ciencia inútil, un título sugerente y sorprendente. ¿Es que existe alguna ciencia inútil?
-Hay gente que dice que la investigación básica no sirve para nada, que hay que investigar en lo que da dinero y ayuda a la economía. Las aplicaciones de la ciencia son impredecibles y lo que demuestra la historia de la ciencia y, en concreto, del siglo XX es que los grandes descubrimientos, los que han traído tecnologías disruptivas con cambios cualitativos han surgido de la curiosidad. Y han surgido como duendes mágicos, de sitios donde no se esperaba que apareciese. Por ejemplo, la física cuántica (que es el 30% de la economía del mundo), la penicilina, los rayos X, los anticuerpos monoclonales, el láser, la resonancia magnética... No por querer encontrar algo se encuentra. El ejemplo máximo es el programa Billionario en dólares que Nixon dio para conquistar el cáncer. Le dedicó billones de dólares y eso hubiera supuesto que los EEUU triunfarían contra el cáncer, pero fracasaron. Más importante y sobre todo más rentable que fijar objetivos a la ciencia es crear un caldo de cultivo donde la curiosidad y la creatividad puedan florecer.
Pero a la ciencia se le exige siempre resultados y, como estos suelen verse a largo plazo, muchas Administración no apuestan por la ciencia y la investigación.
-Las administraciones de los países poco desarrollados porque las de los países desarrollados llevan años, décadas, casi siglos apostando por la ciencia y la tecnología, y la parte básica. Debe haber un desarrollo armónico de lo aplicado y de lo básico. La componente de lo básico debe estar fundada en la libertad, esto es lo que ha demostrado la ciencia del siglo XX, y es verdad que la ciencia básica tiene varios componentes. Cuando uno mira la evolución del PIB de EEUU a lo largo de los últimos 130 años el crecimiento es exponencial por persona, por lo tanto no puede ser explicado por población y capitales tradicionales, se fundamenta en las tecnologías disruptivas que han cambiado la forma de relacionarse. ¿Por qué si esto es así no recomiendo a toda mi familia y amigos que inviertan en ciencia básica? Porque tiene varias características. Una es el largo plazo, que cada vez es más corto. Desde la ley de Faraday hasta que las turbinas producen 4.000 kw/hora en el Niágara pasaron 76 años, ninguna empresa puede esperar. Otro carácter que hace difícil que lo privado apueste de forma intensa es la impredecibilidad, no sabemos lo que va a venir. Y la tercera es la propiabilidad, lo que uno descubre pertenece a todos. Una empresa difícilmente va a invertir en algo que va a ser publicado en abierto.
Usted mismo reconoce que tiene complicaciones...
-Sí, sin embargo, se ha demostrado que en los lugares donde hay una apuesta por la investigación básica son en los que se produce más innovación, más investigacion aplicada y más industria. Y es que aunque pertenece a todos sí hay anclajes geográficos y no es casualidad que las grandes compañías de tecnologías surjan en Silicon Valley alrededor de las universidades de Berkeley y Stanford o en Boston, cerca de Harvard. La sociedad del siglo XXI, ya lo ha sido en gran medida la del XX, va a ser científica tecnológica y solo las sociedades que entiendan este hecho y sus clases dirigentes, empresarias y políticas actúen en consecuencia serán las que sean protagonistas del futuro y ahí se nota la calidad de unas visiones de políticos frente a otros.
¿Por qué si los beneficios está claros países como España no apuestan claramente apostar por la ciencia y la investigación?
-Quizá porque nuestros políticos piensan más en la siguiente elección que en la siguiente generación. No obstante es difícil de entender porque es obvio que los países desarrollados lo entienden muy bien. Un ejemplo es el pacto de Estado que hay en Alemania entre todos los partidos porque la ciencia no es algo ideológico. Creo que es una ceguera política de lo inmediato. La ciencia es largo plazo y no se entiende porqué dedicamos cantidad de dinero a rescatar un banco.... A ver estoy dispuesto a aceptarlo ya que si no se quebraría la confianza, pero es difícil de entender que no se inviertan las mismas cantidades en garantizar la creatividad, la innovación y la investigación. Es una visión cortoplacista que tendrá consecuencias negativas y que puede perjudicar el desarrollo de los jóvenes.
Del pacto de educación se habla día sí día también aunque sigue sin lograrse, pero es que del pacto de la ciencia ni se habla...
-La mayoría de los científicos lo ha reivindicado. Se ha pedido. Tenemos el ejemplo de Alemania donde han acordado un incremento del 3% y el 5% anual independientemente de los grupos políticos. No entiendo por qué aquí no se hace, porque es barato. La única alternativa es pensar que nuestros dirigentes son estúpidos, pero si lo fueran también lo seríamos nosotros que los hemos elegido
Quizá falta un científico en la política...
-Ha habido buenos. Rubalcaba, Javier Solana, Juan Rojo, la propia Merkel ha hecho el doctorado en física... soy amigo de su marido.. Es difícil de entender. La sociedad del siglo XXI tiene que fundarse en el conocimiento, en qué se va fundar si no, ¿en la ignorancia?
¿Es importante entender la importancia de la ciencia para apoyarla? Usted hace muchas charlas y siempre ha apostado por hablar de ciencia pero no es lo habitual... ¿Falta divulgación científica?
-La ciencia, por encima de todo, es creatividad y en segundo lugar es comunicación. Debe ser comunicada a tus pares para que la entiendan. Me gusta más comunicación científica que divulgación porque esto se interpreta como hay que rebajar el contenido. Una sociedad científicamente informada es más libre y más culta para tomar decisiones que configurarán su futuro, y menos susceptible de manipulación por grupos de presión. También es una sociedad más consciente de los valores y la importancia de la ciencia como parte esencial del conocimiento y la cultura. Nos interesa que la sociedad entienda la importancia y apoye el desarrollo científico y sus valores.
Pero no es muy común entre sus colegas..
-No voy a juzgar a los demás. Nosotros en los centros en los que participo y en estos momentos presido y dirijo como son el centro mixto física de materiales de la Universidad del País Vasco, el centro Nanogune y, sobre todo, el Donostia International Physics Center, estamos convencidos y lo hacemos de forma entusiasta. La comunicación es parte esencial de nuestra actividad.
¿Y le queda tiempo para investigar porque realiza muchísimas charlas a lo largo del año?
-Sí, hay tiempo para todo.
¿De qué logro se siente más orgulloso? ¿Cuál le hizo especial ilusión?
-Muchos. Me siento orgulloso de muchas cosas, no siempre me siento más orgulloso de las que más fama y reconocimiento me han dado. Una investigación que terminé en 1976 y ha sido calificada, por los pocos que se han acercado a ella, como extremadamente elegante me ha satisfecho mucho. Habla de como se reflejan los átomos de helio de una cosa que se llama helio superfluido. Pero como no hay experimentos y son carísimos, no se ha hecho más. Luego he realizado otras cosas, temas de interacción de iones con la materia o la predicción o establecimiento de la localización electrónica en superficies,que luego han llevado a que esas cosas que predije se hayan convertido en una especie de test de la dinámica electrónica de otras cosas. El investigador se mueve por problemas que intenta entender y cuando los resuelve, le gusta. El momento del descubrimiento, por pequeño que sea, engancha. Cuando alguien ve algo por primera vez es algo que engancha por eso el investigador, en general, preferirá seguir siendo investigador. Es diferente del sabio. El sabio quiere descubrir para entender, el investigador quiere entender para descubrir otra cosa nueva. No es tanto llevar la biblioteca en la cabeza, como decía Cajal, como poner un pequeño librio en el estante.
¿Y cree que la ciencia sigue enganchando a los jóvenes? A pesar de los obstáculos, de los recortes...
-Sí, porque el descubrir algo nuevo es una cosa muy bonita que engancha a pesar del incremento espantoso de la burocracia y de las dificultades en el camino. Es verdad que los jóvenes tienen problemas muy difíciles, la ciencia ha avanzado mucho y cada vez es más difícil aportar algo nuevo en principio, pero también cada vez hay más problemas por descubrir. La ciencia avanza contestando a preguntas pero también creando nuevas preguntas. Es como si hubiese una ley de conservación de la energía, la conservación de la ignorancia. Cada vez hay más preguntas que contestar. Pueden cometer el error de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pues no, porque siendo todo más difícil tienen más instrumentos tanto conceptuales como experimentales y materiales para atacarlo. Siempre es una época fascinante por eso es importante que haya continuidad en las políticas porque la discontinuidad puede romper lo que ha costado mucho tiempo crearse. Esta generación que se dice, a veces con cierta demagógica, que es la mejor formada de la historia. Es verdad, creo que son mejores que nosotros. Es una satisfacción ver como la gente a la que uno ha ayudado a formarse le adelanta a uno por todos los lados. No tratar bien a esta generación no solo es una injusticia social, por todo lo que se han formado, sino un despilfarro económico. Si no lo hacemos lo pagaremos, lo estamos pagando ya.
Muchos se están yendo, la llamada fuga de cerebros. Parece bueno que salgan pero también necesario que regresen.
-La fuga de cerebros es buena si se van para ver cosas diferentes, en nuestro grupo es obligatorio, pero lo bueno es que vuelvan porque nosotros no tenemos el número de investigadores por millón de habitantes que tienen los países desarrollados. Hay amplio margen de mejora si queremos de verdad cambiar el sistema productivo. La gente que se ha formado en investigación no tiene porque seguir haciendo siempre investigación puede llevar creatividad, ideas e innovación al sistema productivo. Es una de las grandes contribuciones de la investigación básica, lo que llamo la sublime utilidad de la ciencia inútil.
Con la LOMCE van a quitar la Filosofía del itinerario científico del Bachillerato. Cada vez separan más a las Ciencias de las Letras.
-Pero las divisiones son culpa de las administraciones. Los científicos no son nada partidarios de eliminar materias de letras de las carreras de ciencias. Un ejemplo de integración es Jakiunde, la Academia de las Ciencias, las Letras y las Artes porque entiende estas tres áreas como partes de un humanismo integrador. La ciencia es parte esencial del humanismo moderno, no es un conjunto congelado de dogmas o técnicas.
Cuando le nombraron doctor honoris causa en la UPNA afirmó que los avances tecnológicos no surgen de generación espontánea sino del trabajo libre y creativo del científico y de decisiones políticas. De lo segundo ya ha hablado, pero ¿existe libertad en la ciencia o también se ve sometida a presiones políticas y económicas? ¿Usted se siente libre?
-Yo trabajo en temas muy básicos y no he sentido falta de libertad en el sentido de que se me quisiera imponer una línea pero sí que es verdad que hoy hay una tendencia a dirigir la ciencia haciendo servir a las necesidades inmediatas del mercado. Los grandes avances de la humanidad han surgido de investigadores de gran calidad que, con libertad, han seguido lo que su imaginación y estudios previos les decían. Desde Newton hasta Einstein. La ciencia necesita y exige libertad, y además aporta libertad ya que nos hace más libres al hacernos pensar mejor y ser más cultos.
Es licenciado en Física por la UN y doctor honoris causa por la UPNA, ¿Cómo valora el trabajo investigador de ambas universidades?
-Con los medios y las limitaciones que tienen, una siendo pública y con poca financiación, y la otra privada con unas condiciones fiscales que tampoco les permiten tener unos buenos presupuestos, creo que ambas hacen una labor excepcional.
Siempre optimista...
-Sí sobre todo porque el pesimismo es estéril. La ciencia se basa en una fe en pensar que el mundo puede ser entendido podía no serlo. El científico cree que los problemas tienen solución y eso lleva al optimismo.
Y la política navarra... ¿También la ve con optimismo?
-Veo la situación apasionante y la sigo con gran interés. Y obviamente vientos frescos, ha habido demasiado bochorno en Navarra, hace falta viento del norte.