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Mitos, dietas y verano

Los falsos mitos sobre algunos alimentos, el efecto rebote de las dietas milagro y los ‘buenos’ hábitos estivales son la causa de no ver resultados en nuestro esfuerzo de perder peso verano tras verano

Mitos, dietas y veranoEFE

Con la llegada del buen tiempo, como cada año, pensando en lucir figura en la playa o en la piscina, nos preparamos durante la primavera y verano para deshacernos de esos kilos de más que hemos ido acumulando durante todo el invierno.

En el momento en el cual comenzamos a desprendernos de la ropa es cuando nos damos cuenta de los estragos que han tenido los empachos en los meses de frío. Por eso, decidimos ponernos en marcha con estrictas dietas para perder peso de forma rápida.

Además de nuestra propia consciencia, los medios de comunicación nos invaden con publicidad comercial sobre productos que ayudan a la eliminación de los kilos de más, nuevas técnicas que prometen conseguir el cuerpo deseado y las dietas de las famosas que recogen las revistas, al igual que las críticas a las figuras de las celebrities.

Todo ello nos crea ansiedad y obsesión por nuestra alimentación haciéndonos pensar que no estamos en forma. Así, empezamos a seguir dietas aconsejadas en Internet que caen en falsos mitos que parecen cambiar de versión continuamente. De esta forma, restringimos alimentos en nuestra dieta de forma errónea que nos llevan a fracasar en los resultados.

Por otro lado, el deseo de perder kilos rápidamente hace que sea un sobre-esfuerzo, un sacrificio y sufrimiento seguir estas dietas a largo plazo. Como resultado, al ser imposible su seguimiento durante cierto tiempo, las dejamos de lado.

A todo esto debemos añadir que, tras unos días de vacaciones, la población se olvida de la famosa operación bikini y entre tapas y cañas llegamos a engordar entre 2 y 3 kilos de media.

Los expertos advierten de que hay mucha conciencia de cuidarse justo antes del verano, pero una vez que ha empezado, parece que todo vale y esos kilos ganados no se pierden con la misma facilidad con la que se recuperan.

El hecho de que aumenten las comidas fuera de casa y el tiempo que se pasa con la familia y los amigos, hace que comamos alimentos más elaborados, con mucha grasa y azúcar como son los precocinados, snaks, dulces, helados, fritos o rebozados.

Aún así, existe otro perfil de personas que consiguen mantener la línea o perder peso durante el verano, ya que siguen una dieta sana y equilibrada poniendo freno a las costumbres veraniegas.

Lorea Agirre Iribarren, experta en Nutrición Humana y Dietética, nos habla sobre los buenos hábitos veraniegos y falsas creencias sobre algunos productos básicos y nos propone la base de una dieta sana.

Líquidos

Hábito veraniego

El alcohol y el café

Llevas toda la semana comiendo de una forma saludable pero cuando llega el fin de semana, con el paréntesis en las obligaciones, te lanzas a las copas. Muchos se reprimen por no ver resultados en el cuidado de su alimentación es que uno de los principales causantes puede ser el alcohol ya que es imposible adelgazar si nos excedemos con las cervezas y los combinados en el menú del fin de semana.

“El vino es saludable con moderación, pero no se debe introducir en la dieta si no hay un hábito de tomarlo. En cambio, los combinados, además de tener alcohol, llevan el refresco, contiene una gran cantidad de azúcar y calorías vacías. Al igual que la cerveza, tienen que ser un capricho que nos lo podemos dar de vez en cuando para romper con la rutina” afirma Lorea.

Los cócteles suelen ser ricos en azúcares, por lo que pueden llegar a alcanzar a las 500 kcal. La cerveza, a pesar de tener menos calorías, unas 150kcal por botella, es más habitual en nuestra dieta diaria de verano. Son los zumos naturales, infusiones y el agua las opciones más saludables a la hora de hidratarnos.

La nutricionista aconseja beber con moderación, y al día siguiente, además de retomar las pautas alimenticias habituales, hidratarse bien porque en muchas ocasiones confundimos la deshidratación causada por el alcohol con el hambre y la ansiedad.

En cuanto al café, el gran aliado mañanero e imprescindible a primeras horas de la tarde, Lorea señala que “es muy excitante, y por eso deberíamos reducirlo en la medida de lo posible de la alimentación”. El exceso de café en nuestra vida diaria puede causar nerviosismo, insomnio y ansiedad.

las terrazas

Hábito veraniego

Los pinchos, las tapas

y los helados

Las terrazas son testigos de reuniones de amigos y familias durante el verano y es normal acompañar sus conversaciones con alimentos estrellas de esta época como son los pinchos, las tapas y los helados.

El buen tiempo invita a sentarse en las terrazas y es por eso que aumenta la degustación de pinchos y tapas, que también forman parte de nuestra vida social en invierno. Según la experta en Nutrición, “no deben formar parte de nuestro día a día, tienen que ser ocasionales. El pincho con el vino o la cerveza está bien cuando no nos olvidamos de la fruta y de la verdura”. Esto no significa que debamos prohibir esta costumbre en nuestra dieta de verano, sino que hay que tener precaución.

En el caso de los helados, que nos sirven como postre en las comidas o sustituyen al bocadillo de la tarde, “llevan mucho azúcar y grasa para conseguir ese sabor y la textura. ¡No podemos comer todos los días un helado por el simple hecho de ser verano!” nos cuenta Lorea entre risas.

alimentos básicos de verano

Falsos mitos

Las ensaladas

y las frutas

Las ensaladas se introducen en la mayoría de los hogares en verano porque son sanas y frescas. Lorea Aguirre explica que “las ensaladas engordan en el momento que añades queso de cabra, gran cantidad de frutos secos, beicon y mucha salsa que elevan su aporte calórico”.

Por tanto, el error puede estar en los ingredientes que se le añaden a la ensalada ya que puedes convertirla en una bomba de calorías. “Una buena ensalada debe estar acompaña de verduras y frutas” aclara la nutricionista.

Existe la creencia de que las frutas como el plátano, las uvas y las cerecas son algunas de las que más engordan, y por eso hay que evitarlas. Pueden tener más calorías pero como afirma Lorea “hay que comer todo tipo de frutas, pero sin excesos. Es mejor comerse un plátano que un helado”.

Es cierto que las frutas son parte importante de una dieta equilibrada y sana, pero todo exceso produce males.

Otro de los mitos cae sobre la piña, que se conoce como la fruta que ayuda a adelgazar. La verdad es que tiene un efecto saciante y diurético que ayuda con la pérdida de peso, pero no es sinónimo de efecto quemagrasa ni influye de la misma manera en todas las personas que toman piña.

Y por último, otro conocido dicho es: “el melón, por la mañana oro; por la tarde plata y por la noche, mata”. Cada persona es un mundo, unos lo digieren mejor que otros, como todos los alimentos. El melón es básicamente agua, y no tiene componentes que lo hagan más indigesto que otras frutas. Aún así, aquellas que son ricas en agua, si se toman en exceso pueden dificultar la digestión por la noche.

La fruta hay que tomarla cuando nos apetezca y la cantidad recomendada es de tres piezas diarias.

¿aLIMENTOS QUE ADELGAZAN?

Falsos mitos

Light, integral

y desnatado

Muchos confunden los adjetivos de light, integral o desnatado con que el producto no contiene aporte calórico o que, sencillamente, ayuda a adelgazar.

El light que tienen muchos productos en su etiquetado hace referencia a que “el alimento contiene aproximadamente un 30-35% menos de valor energético respecto al producto original. Sin embargo, cuenta con calorías vacías que no nos aportan nada y lo malo es que tiene más cantidad de químicos como colorantes y conservantes”, explica Lorea Agirre.

Los alimentos integrales “se trata de alimentos no alterados que provienen directamente de la naturaleza, pero hoy en día nos están vendiendo productos como integral que realmente no lo son,ya que se utiliza harina blanca y salvado para conseguir el color característico de lo integral”. Por eso, la nutricionista aconseja mirar el etiquetado para saber qué componentes contiene y añade que el integral aporta muchas vitaminas, minerales y nutrientes beneficiosos para todos.

Y por último, en cuanto a los desnatados, ocurre lo mismo que con los lights. No significa que no tengan valor energético sino que se ha reducido la cantidad de calorías que contiene el producto.

Por lo tanto, no son alimentos adelgazantes solo por llevar en su etiquetado la palabra light, desnatado o integral, y por eso no debemos cometer el error de abusar de ellos por el hecho de tener una reducción de calorías.

¿dos litro al día?

Falsos mitos

El agua

“Siempre ha existido la idea de que debemos tomar dos o más de dos litros de agua, aunque la verdad es que es difícil para los riñones asumir tal cantidad de líquidos. Basta con beber un litro o un litro y medio al día y cuando tengamos sed” según explica la nutricionista.

También existe la creencia de que el agua engorda o propicia la retención de líquidos durante las comidas. El agua es un nutriente acalórico, por lo tanto, no solo no engorda sino que refuerza los efectos de una dieta de adelgazamiento. No obstante, puede ocurrir que haya personas que la ingieren mejor que otras durante las comidas.

dieta sana y equilibrada

Pautas

5 comidas diarias

Lorea nos propone un plan sencillo y básico para seguir lo que queda de verano pese a que subraya la importancia de seguir consejos personalizados porque cada persona es un “mundo”.

La idea principal es no ponernos a dieta cada verano, sino adoptar una serie de hábitos alimenticios para todo el año. No es una dieta en sí que se trata de convertirla en un estilo de vida saludable que nos permitirá vivir mejor, más sanos y sin engordar.

Según Lorea, es imprescindible que nuestra dieta tenga 5 comidas diarias. Deberíamos introducir más verduras elaboradas o crudas y frutas, y menos precocinados o refinados, esto es, productos que han sido procesados para mejorar su sabor. Asimismo, aconseja no olvidarnos de los alimentos integrales, biológicos y productos de la zona por sus grandes beneficios para nuestra salud.

“En el desayuno podríamos tomar un zumo natural, un vaso de leche, una bebida vegetal o una infusión y acompañarlo con cereal que puede ser en forma de pan de levadura madre, tostada o galleta que sea equilibrada. Y a media mañana, podríamos optar por la fruta. En cuanto a la comida, podemos comenzar con verdura elaborada o cruda en forma de ensalada y añadir de ración un poco de proteína o hidratos de carbono complejo como carne, pescado o celereal integral en forma de arroz, mijo, quinoa, trigo sarraceno, entre otros. El postre no es obligatorio, es un hábito que ha ido adquiriendo popularidad en los últimos 20 años. Se puede prescindir de él. Para merendar, deberíamos optar por una fruta y en función de la edad y de la actividad que cada uno realice, se podría incluir un pequeño bocadillo o frutos secos. Y para terminar el día, se puede empezar con una ensalada o verduras y de acompañamiento pescado, huevo o carne”, propone la nutricionista.

Además, Lorea alerta de que no debemos pasar de un extremo a otro en las vacaciones, olvidándonos de la dieta completamente: “cuanta más frituras comas, más refrescos y alcohol bebes, y además, el cuerpo te pide seguir en esa línea”.

Debemos hacer un paréntesis pero con conciencia y una vez volvamos de los días de descanso, retomar nuestra dieta habitual.

Las dietas milagro

Peligros

El efecto rebote

La dietas milagro se han puesto de moda. Revistas, páginas web y apps hablan continuamente de este tipo de dietas que garantizan grandes resultados de forma sencilla y rápida. Sin embargo, nos ocultan la otra cara de la moneda: los problemas de alimentación que están generando o su efecto rebote.

Estas dietas, que han saltado a la fama gracias a que muchos personajes conocidos las llevan a cabo, garantizan la pérdida de entre 3 y 4 kilos en un tiempo muy reducido, como una semana, a través de una restricción calórica muy severa, pudiendo poner en peligro nuestra salud.

El problema consiste en que los resultados son visibles muy rápidamente y eso hace que las personas las dejen con facilidad tras conseguir su objetivo. Una vez que se dejan de seguir esas pautas, la recuperación de los kilos es inmediata en cuanto se empieza a caer en los hábitos y caprichos veraniegos antes mencionados. No sólo se recuperan esos kilos perdidos sino que existe la posibilidad de conseguir kilos de más.

Con estas dietas se pierde masa muscular y líquidos, y no el peso procedente de la grasa, que es la que verdaderamente nos sobra. Cuando se vuelve a comer normal se recuperan los kilos y se liberan metabolismos intermedios que son tóxicos para algunos de nuestros órganos.

DATOS NACIONALES

Recuperación del peso. El 81% de los españoles recupera el peso perdido tras realizar una dieta. Sufren el efecto rebote consecuencia de una pérdida de peso en un breve tiempo.

Ayuda de profesionales. El 60% de los ciudadanos aseguran haber adquirido los hábitos alimenticios por ellos mismo. Muchos de ellos creen comer sano cuando no lo hacen. De ahí, la importancia de acudir a profesionales para no caer en errores y adaptar una dieta correcta.

MOTIVACIONES

¿Por qué queremos adelgazar? Entre las principales motivaciones para perder peso se encuentran sentirse sano, vestirse mejor, equilibrar su estado emocional, buscar trabajo y mejorar su vida sexual.