pamplona - El accidente de un ultraligero registrado el 4 de agosto de 2013 en las inmediaciones de Milagro, en el que fallecieron los navarros Juan Carlos Osés Resano, de 49 años, y Luis de la Vega Salinas, de 61, se produjo como consecuencia del choque de un buitre contra la cúpula de la cabina de la aeronave, según las conclusiones del informe técnico elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que afirma que el ultraligero “no mantuvo una altura suficiente sobre el terreno”, lo que provocó que el piloto no advirtiera la presencia del animal hasta que se produjo la colisión.

La CIAIAC, adscrita a la Subsecretaría del Ministerio de Fomento, es el organismo oficial encargado de realizar la investigación de los accidentes e incidentes de aviación civil que se producen en territorio español. La investigación tiene un carácter exclusivamente técnico, su fin último es la prevención de futuros accidentes e incidentes, y no está dirigida a determinar ni establecer culpa o responsabilidad de tipo alguno.

El informe sobre el accidente ocurrido en Milagro recuerda que la aeronave Evektor EV-97 Eurostar despegó a las 11.15 horas del campo de vuelos de Sesma para realizar un vuelo local. Cerca de la localidad de Milagro la aeronave atravesó una zona poblada de buitres, uno de los cuales impactó contra la cubierta de la cabina y la aeronave se precipitó contra la ribera del río Aragón, incendiándose posteriormente. Los dos ocupantes fallecieron y la aeronave resultó destruida.

El documento de la CIAIAC resalta que los buitres “son aves que planean sobre corrientes térmicas”, por lo que prefieren volar en horas de mayor calentamiento de la superficie terrestre y apunta que “tanto el piloto como el pasajero, que también tenía licencia de piloto, conocían la zona y estaban acostumbrados a volar en presencia de aves”.

El informe advierte que para el vuelo sujeto a reglas de vuelo visual (VFR), y más concretamente en el que se realice en presencia de este tipo de aves, “es fundamental estar alerta constantemente y mirando fuera de la cabina del avión a fin de poder reaccionar rápidamente ante cualquier circunstancia de peligro”. Asimismo “es importante mantener una altura prudente sobre el terreno”.

“Debido a la irregularidad de la orografía en la zona, la aeronave no mantuvo una altura suficiente sobre el terreno”, afirma el informe, lo que “pudo provocar que el piloto no se percatara de la presencia del buitre hasta que éste golpeó la cúpula de la cabina”. El fuerte impacto contra el animal “ocasionó la ruptura de la cúpula y una parte grande de ésta se desprendió” y el piloto, “bien por la sorpresa del golpe del buitre bien por los daños que pudieron ocasionarle los trozos desprendidos de la cúpula que entraron dentro de la cabina, perdió el control de la aeronave”.

El informe también indica que en las proximidades del ultraligero se encontró el sistema de paracaídas, “lanzado pero no desplegado”. En este sentido “se considera que el sistema de paracaídas se lanzó por el impacto de la aeronave contra el terreno, ya que si lo hubiera lanzado el piloto se hubiera desplegado, al menos de forma parcial”, algo que no ocurrió.

Orografía irregular. El informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) relaciona “la irregularidad de la orografía de la zona” con el choque del ultraligero contra el buitre, ya que a su juicio ello provocó que la aeronave no mantuviera la altura suficiente sobre el terreno.

No se desplegó el paracaídas. En las proximidades del ultraligero, que se incendió al golpear contra el suelo, se encontró el sistema de paracaídas, “lanzado pero no desplegado”. En este sentido el informe considera que “el sistema de paracaídas se lanzó por el impacto de la aeronave contra el terreno, ya que si lo hubiera lanzado el piloto se hubiera desplegado, al menos de forma parcial”.