pamplona - Con toda probabilidad, ninguno de los participantes en el primer programa Learning by doing que el Servicio Navarro de Empleo puso en marcha el pasado 19 de octubre gracias a la organización de la CEN y con la inestimable guía de la empresa Areté-Activa hubiese previsto que, en menos de dos meses, su manera de ver el mercado profesional hubiese cambiado tanto. Y no tanto por haberse sometido a un master exprés, sino por haber aprendido a mirar dentro de ellos y percatarse de unas virtudes que permanecían inexploradas. Durante las más de 130 horas que ha durado el itinerario de empleabilidad, los participantes han aprendido a trabajar en equipo, a dominar las nuevas tecnologías y a crear sinergias de trabajo.

Pero como en Learning by doing se trata de aprender haciendo, ayer tocó cocinar como parte de esa segunda iniciativa planeada en el itinerario y a la que llamaron Wasting Almuercico, un almuerzo gratuito a base de productos rescatados -aquellos que desechan las grandes superficies por no presentar un aspecto apto para la venta pero que están en buen estado- que se repartió en el Mercado de Santo Domingo a más de 400 personas.

“Un éxito, a pesar de que le ha costado despegar un poco”. Así calificaba la iniciativa de ayer Leticia Moreno, una psicóloga de 26 años que decidió, en octubre pasado, formar parte del proyecto Learning by doing. Como ella, Pilar Armendáriz, Rafael Maestro, Amaya Garayoa, Rosalba Gómez, Andrea Martín, Alejandro Gómez o Magdalena Santos son algunas de las personas para las que el mundo laboral, después de más de seis semanas de coaching proactivo, no volverá a ser lo mismo. “Lo principal es hacer las cosas con gusto. El curso te permite ver que puedes seguir haciendo cosas, que a pesar de que parece que con cierta edad ya no vas a poder volver a trabajar, todavía eres muy capaz”, apunta Pilar Armendáriz, de 54 años, y para la que la experiencia de los itinerarios de empleabilidad le ha servido para ver más allá del mercado tradicional. “Ahora, por ejemplo, me gustaría probar en algo que tenga que ver más con lo social”. También hay quienes han descubierto, gracias a las lecciones de coaching y a las sinergias con otros compañeros, facetas que ni se imaginaban. Como el caso de Amaya Garayoa, de 33 años y con formación de psicopedagogía, pero que tras el periodo de reciclaje ha sentido atracción por el mundo del márketing.

Derribar tópicos, como aquel que sostiene que cambiar de sector una vez comenzada la vida laboral es imposible, es otro de los objetivos del programa. Y el ejemplo más palmario está en Andrea Martín, otra de las integrantes de Learning by doing y que a pesar de haberse formado en Historia del Arte ahora siente atracción por el mundo de las plantas y la botánica. “No me preocupa tanto trabajar de manera inmediata, sino seguir preparándome. El curso me ha servido para autoevaluarme y aprender de mí misma”, precisa. Quizá el rumbo a tomar después del paso por el itinerario de empleabilidad no sea el mismo para todas personas, pero en lo que sí coinciden los integrantes de esta primera edición es en destacar las bondades de un proyecto que les ha devuelto la ilusión. “Estás sin trabajo, aparece un proyecto como este y te parece que te ha caído regalado del cielo”, asegura Rosalba Gómez. - A.I.R.