Miguel Díaz de Zerio, uno de los primeros presidentes de Erentzun ikastola, cargo que asumió en 1982, hacía un repaso de cómo fueron los orígenes del centro, los problemas que atravesaron y cómo fueron ganando peso como centro educativo hasta llegar a lo que es hoy. Era 1978 cuando un grupo de padres decidieron tratar de hacer realidad el modelo educativo en euskera que querían para sus hijos. "Éramos unas 30 o 40 personas que pusimos mucho entusiasmo y también dinero para arrancar con el proyecto. Prácticamente, todos los padres teníamos una misión en la ikastola y eso hizo que fuésemos un grupo compacto y ágil", explicaba Díaz de Zerio. Comenzaron con 17 alumnos en un aula, en los bajos de la residencia de ancianos, posteriormente pasaron a las bajeras de unos particulares (Txeburo y Koka). Según explicaba el expresidente, iban conquistando fases, "casi íbamos a curso por año, pero creíamos en ello y queríamos darle continuidad", afirmaba. De aquellos años agradece el enorme trabajo y el entusiasmo de las profesoras Merche Elordi e Irune Martínez de Goñi.

Conforme fueron creciendo tuvieron que ir cambiando de ubicaciones, pasando por los bajos del bar La Bolera e, incluso, acondicionando un gallinero que les cedió la familia Velasco, para convertirlo en aulas. Fue con el Oinez de 1992 cuando pudieron acometer la edificación de las instalaciones actuales, inauguradas en 1995. "Pero yo siempre dije que un centro nuevo no era la panacea, hacía falta seguir trabajando juntos", añadía Díaz de Zerio. Y es que, según su punto de vista todavía quedaba trabajo para normalizar la ikastola y desvincularla de "la satanización que había en torno al centro y la vinculación a determinadas tendencias políticas". En ese sentido, recordaba el prólogo que el expresidente de Navarra, Juan Cruz Alli, hizo para un libro de Oinez del 92, en el que "denunciaba la manipulación política que se estaba haciendo del euskera. Eso ayudó a la normalización", comentaba De Zerio.

Los responsables aseguraban que se fue construyendo un centro en función de las propias necesidades, apostando por mejorar la calidad día a día y, siempre, a la vanguardia de las nuevas técnicas educativas.

Así mismo hacían hincapié en el compromiso de todos los integrantes de la ikastola. "Ha habido momentos duros que han afectado económicamente al personal y todos han arrimado el hombro y han respondido", aseguraban.

El nombre que se eligió para la ikastola fue el de uno de los términos municipales de Viana con nombre en euskera, la zona de los corrales de Erentzun. El mismo nombre de Erentzun es el que se le ha dado a la Fundación que se creó en el 2006. Representantes del centro explicaban que "la socialización de la ikastola en Viana es muy grande y la creación de la fundación permitía dar cabida legal a las actividades culturales extra educativas". Uno de los ejemplos más claros donde interviene la fundación es la feria de artesanía organizada cada año y que ya ha cumplido 29 ediciones.

La lectura que hacía el expresidente Miguel Díaz de Zerio, echando la vista atrás, después de 38 años, era satisfactoria. "El premio es que hay un montón de gente que sigue tirando del proyecto que iniciamos "aquello locos. Eso nos demuestra que no estábamos equivocados", manifestaba.

El tercer Oinez en Viana La ikastola Erentzun de Viana celebra con éste su tercer Nafarroa Oinez, aunque es la primera vez de forma compartida, en esta ocasión con la ikastola de Lodosa. Las cosas han cambiado mucho desde que el de 1992 la organización de ese evento sirvió de impulso para poder poner en marcha el centro que actualmente alberga las instalaciones del centro educativo. "Todo es muy diferente ahora, en aquellos años, todo se organizaba de forma mucho más precaria", afirmaba Miguel Díaz de Zerio. Explicaba, también, cómo en 1992 se vieron desbordados por la cantidad de gente que acudió. "No se habían colocado áreas apartadas de la zona urbana, para diversificar zonas y las calles de Viana eran un auténtico hervidero", añadía. De aquel año recordaba la solidaridad de la ikastola de Estella, que se volcó con la de Viana para dar su apoyo y que todo saliese bien, y destacaba la anécdota de que, tras dejar todo organizado la víspera del Oinez cayó una enorme tormenta que inundó la mayor parte de las áreas. "Era impresionante ver a hombres, grandes como castillos, llorando de rabia y preocupación. Pero, no sé muy bien cómo, al final, todo salió bien".

Los responsables de la ikastola presumen de que la canción del Oinez del 92, con música de Xabier Muguruza y letra de Bernardo Atxaga, es una de las que más éxito han tenido.

La estructura del Nafarroa Oinez de 2007 se organizó ya con zonas diversificadas, tanto en el centro urbano, como más alejadas y con la experiencia de haber conocido otras ediciones en Navarra.

Iban Izurza, presidente de la ikastola vianesa, explicaba cómo el Oinez de 2016 es, como vienen siendo los de los últimos años, algo de más envergadura que va más allá de la propia jornada del día 16 de octubre. "Su estructura es más compleja, ya que se desarrollan programas de diferente ámbitos que se arrastran de Oinez a Oinez", argumentaba. Se refería a proyectos como "Oinez Basoa", centrado en medir la huella de carbono; "Txikiak haundi", en favor de las lenguas minoritarias; "Erronka", programa deportivo con chavales de secundaria de las ikastolas y "Artea Oinez", centrado en donaciones de obras de arte que se subastan para conseguir fondos.

El personal voluntario para que todo salga perfecto esa jornada está en función de las dimensiones del evento. Para esta edición se prevén 1.500 turnos, llevados a cabo por 2.000 voluntarios. Para garantizar la seguridad se han tomado medidas en operaciones coordinadas con la Policía Foral y la Guardia Civil.

Los responsables de ikastola Eren-tzun hablaban del impacto que el Oinez tiene para la ciudad de Viana. Aseguraban que todos los alojamientos están completos, que beneficiará a los establecimientos hosteleros de la localidad y que ayudará a mejora el turismo. "Se acercará gente que conocerá esta ciudad y es posible que se anime a volver después".

El homenaje que se rinde en el Oinez 2016 no va a reconocer la labor de toda una vida de alguien, sino que se ha pensado en jóvenes que todavía tienen mucho por hacer. Se reconocerá a la primera promoción que acabó primaria en la ikastola Erentzun, el curso 1994-1995. "Queremos que sigan tirando de la cuerda", manifestaba Iban Izurza.