pamplona - El geólogo Antonio Aretxabala consideró que el terremoto ocurrido ayer en Navarra y con epicentro en Olave de magnitud 4,2 y sus réplicas, de 2,5, 3,6 y 2,4 en Egüés, Ripa y Larraintzar son “movimientos naturales como los que se vienen dando, se están dando y se darán en esta zona de pliegues”, donde hay un movimiento tectónico. “Vivimos en una zona en la que hay terremotos y cada cierto tiempo nos toca alguno; hay que vivirlo como algo natural aunque en un primer momento asuste”, subrayó. Además, Aretxabala señaló que en los días próximos “lo más lógico sería que se dieran más réplicas tras un terremoto como este”.

Olave, destacó el geólogo, es una zona “muy susceptible de generar terremotos”, ya que en este lugar se encuentra alguna falla, “aunque no muy grande”. “En general, alrededor de Pamplona hay muchas fallas”, indicó, para añadir que de muchas de estas no se tienen registros históricos sobre su actividad, ya que “puede darse el caso de que tengan recurrencias que vayan más allá de los 500 años”. “Hay muchísimas fallas que puede que ni conozcamos pero que obviamente generan terremotos alrededor de la ciudad”, puntualizó.

Por otro lado, destacó que en algunas ocasiones suele ocurrir un fenómeno llamado terremotos premonitorios, como ocurrió en 2013, aunque el de ayer “no viene precedido de nada”. “En Geofísica estamos intentando adelantarnos para prevenir estas cosas, pero no podemos prever un fenómeno como estos con mayor antelación que media hora antes de que suceda”, comentó, aunque agregó que “el comportamiento animal sí avisa de la sucesión de estos movimientos”. “El caso más conocido es el de 1975, donde un investigador del Servicio Geológico de China predijo a través del comportamiento de los animales un terremoto, con lo que salvó la vida de millón y medio de personas”, contó.

Para Aretxabala, Pamplona y su Comarca están totalmente preparados para acoger este tipo de seísmos. “En Pamplona se ha construido muy bien, y sobre todo se han cumplido siempre las normas de las zonas sísmicas, vigentes desde 1960; antes, incluso en el siglo XX, se construía por tradición, que es una construcción robusta y simétrica, con paredes importantes y vigas buenas de madera, de roble o de haya, y en general ya tienen una forma de construcción resistente de manera natural”, explicó.

poco conocimiento de la zona Por su parte, el técnico de la Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional, Carlos González, coincidió con Aretxabala al señalar que “no hay un conocimiento exhaustivo de la geología de la zona”, puesto que el Instituto Geológico y Minero de España “no tiene fallas cartografiadas en esa zona”. Asimismo, agregó que este temblor va asociado a la actividad sísmica habitual y conocida en los Pirineos, donde se juntan la placa Ibérica con la Euroasiática. “A nivel histórico hay varios movimientos sísmicos en la zona”, comentó.