pamplona - Un año después de que las llamas afectaran a más de 3.500 hectáreas en la Zona Media, el Gobierno de Navarra ya ha replantado 63.500 plantas. Responsables de diferentes áreas ligadas a Medio Ambiente y Bomberos analizaron ayer sobre el terreno cómo han evolucionado en este tiempo las zonas calcinadas y cuales han sido los trabajos realizados en ellas.

A pesar de que se han tenido que eliminar unas 35 hectáreas de pinar, cortar partes quemadas de 15.000 árboles autóctonos y replantar en torno a 70 hectáreas casi por completo, desde el Gobierno de Navarra mostraron su “satisfacción” por la recuperación, pues el 80% del arbolado ha podido rebrotar por sí solo. Sin embargo, avisaron que todavía “nos encontramos en un estadio inicial” y será necesario un “estudio más profundo”.

A las piscinas de Pueyo, donde hace un año se situó el puesto de mando ante la emergencia, acudieron la directora general de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Eva García; el director del Servicio de Medio Natural, Fermín Olabe; el director del Servicio de Bomberos de Navarra, Javier Bayona; y el responsable de Guarderío Forestal, Salvador del Pino, además de representantes municipales. Guiados por Tomás Ezquerro, técnico que ha trabajado sobre el terreno, vieron diferentes zonas calcinadas por el fuego hace hoy justo un año.

En concreto, el recorrido transcurrió por tres zonas que sufrieron diferentes daños. La primera, una zona poco perjudicada; la segunda, con árboles con mayor daño pero que han podido rebrotar por sí solos; y una tercera, repoblada por completo.

En enero comenzaron los trabajos en 3.538 hectáreas agrícolas y forestales entre las localidades de Pueyo, Tafalla, Barasoain, Garínoain, Artajona y Añorbe. Desde entonces, se han cortado 35 ha. de pinar calcinadas; apeo y procesado de 15.000 árboles autóctonos; repoblaciones de más de 63.500 plantas, cerca de 70 ha. con especies como encina, quejigo, espino negro, olivo o pacharán; mejoras en pistas deterioradas durante el incendio, sustitución de cerramientos ganaderos, reposición de la valla del roble monumental de Garínoain; o siembras para favorecer a la fauna pascícola y cinegética. Además, en estos ocho meses se han llevado a cabo también otros trabajos de mantenimiento para favorecer y recuperar los usos del monte, la ganadería y la caza. Así se ha limitado el pastoreo, restringido el uso de ciertas zonas para la ganadería, y se han aprovechado los árboles calcinados como biomasa o como leña para los vecinos de los pueblos afectados.

lenta recuperación El paisaje en la Zona Media ha mejorado bastante con respecto a hace un año, aunque el proceso avanza con lentitud. Tomás Ezquerro, técnico de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, que ha supervisado los trabajos directamente sobre el terreno, señaló ayer que “es impresionante cómo se recupera el terreno por sí sólo. Ahora hay dificultades para delimitar visualmente lo que fue el perímetro del incendio”, que tras las llamas era perfectamente diferenciable.

En función de las especies de arbolado, autóctonas o no, las llamas provocaron daños diferentes. Por lo general, los robles y las hayas, pertencecientes al paisaje de la zona, aguantaron mejor el fuego y el calor del incendio. En cambio, los pinos, presentes por repoblación, sufrieron daños mayores, especialmente en la zona de la balsa de Artajona. “Robles y hayas rebrotan cuando les alcanzan las llamas”, afirmó Ezquerro, “pero los pinos sueltan los piñones para que crezcan árboles nuevos”.

Otros agentes de Guarderío Forestal que han trabajado sobre el terreno indicaron el criterio por el que se decidió cómo actuar con cada planta o árbol. “Desde un principio se salvó todo lo que había rebrotado naturalmente”, señalaron. A su juicio, el incendio de la Zona Media modificó por completo el paisaje de clima Mediterráneo. Además, avisan que “el incendio hace que los árboles rebroten con más fuerza, pero su crecimiento no tiene por qué ser igual y puede tardar hasta 70 años” en recuperarse del todo.

Regenaración natural. En torno al 80% del arbolado ha rebrotado naturalmente. Las zonas más afectadas ha logrado rebrotar desde la base y las menos tienen brotes en sus copas que confirman su recuperación. En el caso del pino, muchos piñones del suelo están ya rebrotando.

Eliminadas 35 ha. de pinar. La forma de actuar de esta especie ante el fuego hace que el árbol se queme por completo.

Arbolado autóctono. Los robles y hayas aguantan mejor las llamas. Aun así, unos 15.000 árboles han necesitado algún tipo de ayuda.

Reforestación. En total, se han plantado 63.500 nuevas plantas para cubrir terreno quemado.

Otros trabajos. Además, desde enero se han mejorado pistas, cerramientos ganaderos, y se ha reinstalado la valla de madera que rodea el roble monumental de Garínoain.

Mantenimiento. Con estos trabajos se ha buscado favorecer y recuperar los usos del monte, de la ganadería y la caza por medio de la restricción de actividad en la zona.