PAMPLONA- Si algo tiene la peregrinación a Javier es que se puede disfrutar, en soledad, en familia, en pareja o con amigos. También la visita al santo se puede compaginar con una mañana de deporte como hicieron José y María Roldán, padre e hija, que ayer acudieron hasta el castillo en bici desde Pamplona.

“El año pasado vinimos con el equipo de patinaje con el que compite María, pero este año hemos decidido hacerlo ella y yo en bicicleta”, comentó José, quien aseguró tener unas cuantas Javieradas a sus espaldas.

Por su parte, para María fue la segunda vez que acudió como peregrina a Javier y reconoció estar un poco cansada después de más de dos horas y media de pedaleo bajo la lluvia. “A ver cómo nos va en la vuelta”, exclamó, ya que el mal tiempo supuso un handicap para los caminantes pero, sobre todo, para los ciclistas. “A casa tenemos que volver como sea, así que tiraremos para adelante llueva lo que llueva”, comentó entre risas José.

De la misma manera que el año pasado, María y su padre hicieron la Javierada en el segundo fin de semana. “No ha sido así por nada en concreto, yo tenía fiesta y ha coincidido”, manifestó José. - U.Y.