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El sótano de la Casa Paderborn, ‘zona cero’ de la riada

El albergue de peregrinos alemán permaneció gran parte del día sin agua caliente y sin calefacción

pamplona - Pasar la noche en un albergue junto al río supone un momento de alivio para los cientos de peregrinos que, cada año, pernoctan en la Casa Paderborn, situada junto al Club Natación; sin embargo, la situación cambia cuando llega la época de lluvias y, sobre todo, cuando el nivel del río crece. “Nos hemos quedado sin agua caliente y la calefacción tampoco funciona. Un técnico está intentando reparar la caldera y el sistema eléctrico de la casa, pero no sabemos si hoy podremos reabrir el albergue”, afirmó la alemana Waltraud von Altena, una de las encargadas de la Casa Paderborn, que resultó muy afectada por la crecida del Arga a la altura del puente de la Magdalena.

Pese a que el sótano del edificio quedó totalmente anegado, el agua no llegó a las habitaciones del albergue, lo cual facilitó mucho la limpieza de las estancias de la casa. “Dentro de lo que cabe hemos tenido suerte, ya que lo que vivimos en 2013 fue mucho peor. En aquella ocasión, el nivel del agua subió cerca de dos metros y todo quedó inundado. ¡Tuvimos que cerrar durante casi una semana!”, aseguró Gerda Montkowski, otra de las encargadas de la Casa Paderborn, donde trabaja desde 2010.

Al no ser temporada alta en el Camino de Santiago, la ocupación del albergue era bastante baja y pocos peregrinos se vieron afectados por la crecida del río; sin embargo, siete personas no pudieron registrarse en la recepción ayer por la mañana a la espera de que la caldera y el sistema eléctrico fueran arreglados.

“Las crecidas del Arga en esta zona pueden llegar a ser bastante peligrosas, ya que el nivel del agua sube de repente y resulta casi imposible estar preparado”, explicó Von Altena. “Sin embargo, esta rapidez también tiene su parte buena, ya que el agua vuelve a bajar con bastante rapidez. Lo peor, sin duda, es el barro que se queda”, continuó la alemana.

A escasos metros de la Casa Paderborn, la Escuela de Piragüismo de Pamplona también sufrió las consecuencias de la crecida de unos 120 centímetros del Arga, aunque ellos sí pudieron recoger la gran mayoría del material deportivo gracias a la información que les proporcionan los medidores del Ultzama y del Arga.