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Los cuatro métodos más antiguos para descubrir un embarazo

Antes no tenían los medios que existen ahora, de ahí que nacieran esta pruebas de embarazo caseras

Los cuatro métodos más antiguos para descubrir un embarazoCEDIDA

Los avances que ha conseguido la tecnología en los últimos años han provocado todo tipo de mejoras en diferentes sectores. Tan sólo tenemos que mirar nuestros teléfonos móviles para comprobarlo, aunque también hay que observar otros sectores para darse cuenta de hasta qué punto han cambiado las cosas gracias a la evolución tecnológica.

Uno de los campos que más se ha beneficiado de esto es el de la salud. La medicina y todos los procesos que se aúnan en ella cuentan a día de hoy con sofisticados sistemas que garantizan mejores resultados que hace tan sólo una década. Podemos incluso mirar más al pasado para ver cómo las cosas eran todavía más diferentes en cuanto a métodos y prácticas, sobre todo por las creencias populares.

De hecho, para ver cómo de distintas son las ideas a día de hoy con respecto al pasado, vamos a viajar en el tiempo para conocer cómo se hacían los tests de embarazo antiguamente. Gracias a la información facilitada por Embarazo10.com, hemos recopilado las 4 pruebas de embarazo caseras más antiguas, algo que en ocasiones es de lo más surrealista.

CUATRO PRUEBAS DE EMBARAZO CASERAS EN DESUSO

La inmensa mayoría no se utilizan a día de hoy, aunque hay algunas que, por diversión, se siguen haciendo para probar si realmente funcionan o no. Vamos a explicarte a continuación las más usadas hace ya cosa de un siglo.

El hervor

Antiguamente, se creía que hervir era una muy buena forma de cambiar las cosas y revelar lo que se quería saber. Uno de los métodos más tradicionales para averiguar si una mujer estaba encinta o no consistía en hervir su orina y observar qué sucedía con ella. Así, se pensaba que se podía saber si había un niño en camino o no.

Especialistas cogían vasos de cristal o recipientes de vidrio esterilizado para que la mujer dejara una muestra de orina en ellos. Tras esto, este mismo recipiente se ponía a hervir en el fuego de la cocina y se sometía a observación. Si en la parte superior aparecía una capa viscosa, como una especie de crema, significaba que, en efecto, había embarazo.

El péndulo

Una idea nacida también del misticismo y las artes ocultas. Pensar que un bebé puede estar en camino o no en función del comportamiento de un péndulo, sea un colgante o cualquier otro objeto que oscilara, es algo que no tiene ninguna demostración científica a día de hoy; pero lo cierto es que más de una vez lograba acertar.

Este método consistía en tumbar a la fémina boca arriba y empezar a mover un péndulo sobre su barriga, si el movimiento de este es circular y tiene como centro el ombligo, se suele decir que es porque está embarazada. De lo contrario, si lo que hace es ir de un lado a otro, el resultado es negativo.

El conejo

El método que descartamos automáticamente, porque supone sacrificar a un animal. Antiguamente, se decía que a las mujeres que se encontraban en periodo de gestación, se les “había muerto el conejo”. Y esta técnica va por esos derroteros.

Lo que se hacía era extraer un poco de la orina de la mujer que quisiera saber si estaba embarazada e inyectarla en una de las venas de la oreja de una coneja. En caso de embarazo, el animal comenzaría a ovular en 48 horas. Desgraciadamente, averiguar esto suponía diseccionar a la coneja para ver si, en efecto, había ovulado.

El vaso de cristal

Uno de los métodos más básicos y antiguos, y uno de los favoritos por parte de la gente de hace varias décadas. El truco del vaso de cristal requería contar con un recipiente completamente limpio, incluso lavado usando guantes de látex para evitar cualquier posible atisbo de contaminación.

La mujer que se sometiera a este “test” tan sólo tenía que orinar a primera hora de la mañana en ese vaso o recipiente y dejar que enfriara durante una hora (o introducirlo en un frigorífico durante 15 minutos). Si en la parte superior aparecían unas pequeñas partículas, significaba que había embarazo.

Por supuesto, como decíamos antes, todas estas ideas han quedado en total desuso y, actualmente, se abogan por unos tests disponibles en farmacias que son mucho más certeros, rápidos, limpios y cómodos. Gracias a la tecnología hemos podido dejar de lado ideas que apenas tenían un sustento científico, como también otras que ponían en peligro vidas de animales inocentes.

Algunas, como la del péndulo, siguen haciéndose a día de hoy, pero con la intención de probar y compartir una velada simpática entre conocidos. No se piensa ya en estos sistemas como algo fiable.