pamplona - “Cuando participo en jornadas siempre hay alguien que me pregunta que cuántas mujeres han sufrido violencias sexuales a lo largo de sus vidas. La respuesta no es un número. Todas han sufrido violencias sexuales, de alguna manera o de otra”. Ana Burgos García, antropóloga y coordinadora del Observatorio Noctámbul@s, desarrolló la percepción social y subjetiva del efecto del consumo de sustancias en mujeres y hombres que penaliza y culpabiliza a las primeras mientras que legitima y desresponsabiliza a los segundos en su ponencia Violencias sexuales en entornos festivos y consumo de drogas: complejizando las miradas.

Burgos definió la “doble penalización social” hacia las mujeres que consumen alcohol u otras drogas: “Por un lado, se infringe la norma social y, en algunos casos, legal y, por otro, se transgrede la norma de género según la cual las mujeres suelen abstenerse de conductas inapropiadas”. Según expuso la antropóloga, esto se traduce en que a las mujeres se las juzgue y culpabilice cuando sufren una agresión (bajo el argumento de que “ella se lo buscó”) mientras, por otro lado, el comportamiento del hombre se justifica y se resta importancia a las agresiones que cometen bajo el uso de sustancias. Ante estas situaciones, el Observatorio responde con su última campaña: “Tío, la borrachera no te exculpa. Tía, la borrachera no te culpa”.

‘agresores fantasma’ A lo largo de las investigaciones llevadas a cabo por el Observatorio Noctámbul@s descubrieron que, mientras una gran cantidad de mujeres dice haber pasado por algún episodio de violencia sexual en su vida, la mayoría de hombres no reconoce haberla ejercido nunca. “Muchos chicos no se sientes interpelados cuando hablamos de agresiones, los llamamos ‘agresores fantasma’. Existe una dificultad general, dado el fuerte grado de normalización de estas violencias, de que los chicos las identifiquen y se reconozcan como acosadores o agresores, paso imprescindible para dejara de serlo”, concluyó Burgos. - L.H./J.L.