El Informe del Consejo Escolar dedica toda la primera parte a analizar el “contexto de la educación”. Es decir, no se entiende el sistema escolar como un elemento aislado sino que tiene unos factores sociales que lo condicionan y también ejerce una influencia sobre la sociedad que lo rodea. El estudio dedica un apartado a un tabla muy significativa tanto a nivel europeo como estatal en la que se relacionan tasa de pobreza con índice de abandono escolar temprano. Paradójica y coyunturalmente durante la crisis económica del 2008 al 2015 el abandono escolar anterior a los 18 años bajó dado que el fuerte índice de desempleo juvenil hacía que esta población prefiriera seguir estudiando, pero el resto de cuadros demuestra que hay una relación causa-efecto entre educación y pobreza, dos variables que se retroalimentan en sentido positivo o negativo según los casos. Es sabido que el nivel de estudios de los progenitores es otro factor que incide en el riesgo de pobreza o de exclusión social entre menores de 18 años de edad. En todos los países de la UE la proporción de riesgo de pobreza entre menores de 18 años está relacionada de forma inversa con el nivel máximo de estudios alcanzado por sus progenitores, es decir, cuanto mayor es el nivel de estudios, menor es la probabilidad de estar en dicha situación. Y a la inversa, cuando más alta es la formación de la población más bajo suele ser el nivel de exclusión social. Detrás de esto existe una apuesta pública por la inversión educativa tanto a nivel europeo como estatal y navarro. Y en este aspecto hay que combinar los que son los presupuestos generales con el gasto por hogar, dos cuestiones en la que Navarra se encuentra en una buena situación. En conjunto, la educación foral es un factor clave de cohesión social y territorial. La escuela, especialmente la pública, ejerce un efecto inclusivo tanto desde el punto de vista del mundo rural-urbano (Navarra con el 13,2% ocupa el quinto lugar de comunidades con más población rural) como desde la óptica de alumnado ordinario y alumnado con necesidades educativas especiales, bien sea por razones personales (discapacidad, etc) como sociales (origen extranjero, exclusión, etc...). Las herramientas de atención a la diversidad se han demostrado eficaces.

las mujeres, a la cabeza Esto ha dibujado una foto esperanzadora de cara al futuro ya que en Navarra el 52,1% (a nivel estatal es del 42,6%) de la juventud de entre 30 y 34 años tiene titulación superior, FP Superior, diplomaturas, licenciaturas o grados, superior a la media estatal. Es destacable el porcentaje de las mujeres navarras de esa edad que la posee y la gran diferencia entre hombres y mujeres en la media de las comunidades autónomas. El parámetro de género también es una constante en todos los tramos educativos: las alumnas sacan mejores notas que los alumnos por lo que gran parte del porvenir de la Comunidad Foral está en sus manos pese a que todavía tanto en FP como en la Universidad haya especialidades con muy poca presencia femenina.

¿Qué son? No miden el éxito o fracaso escolar sobre los matriculados cada año sino sobre el total de la población del tramo de edad que le correspondería empezar ese nivel. En resumen, dan una imagen de si se trata de una sociedad con una alta formación o con escasos recursos para afrontar el mercado laboral y la vida.

ESO: un 83%. El índice navarros es superior al estatal: 79,3%.

Bachillerato: 58%. El indice del Estado es del 57,4%. En el caso de la FP Navarra sí que se sitúa por detrás de la media.