Antes de que las calles de Pamplona se llenen de animales cuadrúpedos andando a dos patas, Trumps o soldaditos de Toy Story, los atuendos de personajes variopintos aguardan en los estantes de las tiendas de disfraces esperando encontrar un dueño para despertar. No se puede saber si, como en la película de Pixar, los juguetes cobran vida por las noches, pero está claro que estos días cada vez más disfraces van bajando de las estanterías a los probadores para terminar en la calle con el nuevo año. Durante la semana previa al 31 de diciembre, la actividad de los establecimientos que venden este tipo de productos en la comarca de Pamplona aumenta notablemente, ya que, durante el resto del año, esta se reduce principalmente a “carnaval, piezas de coleccionismo o fiestas especiales”, según explican en la tienda La Máscara de la calle Abejeras de Pamplona. Su dueño, Koldo Nava, dice que la clientela compra disfraces para año nuevo, pero también para una San Silvestre muy colorida en Iruñea.

Entre los que más destacan por la variedad de tonalidades que iluminan la noche nunca fallan “los clásicos de payaso, animales o drag queen”, asegura Nava. Sin embargo, todos los años hay alguna novedad por la que las tiendas tienen que anticiparse a los disfraces atendiendo a las modas y la actualidad. Esta vez, la estrella está siendo sin duda el traje de los personajes de la serie televisiva La casa de papel, caracterizados por monos naranjas y caretas de la caricatura de Dalí. En su éxito coinciden tanto en La Máscara como en la tienda Toy Planet de Villava, donde se ha agotado este disfraz, al que solo le hacen algo de sombra “las caras de Thatcher y Trump, que ya casi no quedan”, aseguraba ayer la dependienta Ascen Laso.

Una alternativa a la compra en tiendas físicas es hacerlo a través de internet. En La máscara llevan años vendiendo on line y “la gente compra mucho”, cuentan. En cualquier caso, las tendencias se mantienen sea cual sea el medio, y “lo que más se lleva es todo lo que sale de Netflix”, explican en el local de Abejeras.

PARA TODAS LAS EDADES Aunque tal vez el método on line no sea todavía común entre la gente mayor, ayer se pudo ver a José Antonio Franco y Maricer Medina, abuelos desde hace un año, buscando su primer disfraz de Nochevieja en el Toy Planet de Villava, para la cena en familia. Ascen Laso asegura que “un grupo de jubilados vino recientemente ha comprar para celebrar año nuevo con una fiesta de disfraces en la residencia”.

No obstante, lo más común estos días en las tiendas de disfraces es ver a “cuadrillas de jóvenes comprando accesorios que complementen lo que reciclan de disfraces caseros de años anteriores”, observa Laso. Tanto ella como Nava creen que llega un momento en el que se opta por la comodidad de adquirir un disfraz de cuerpo entero.

Es el caso de Dani Larralde y Rebeca Garnica, que se llevaron ayer cinco disfraces de beerman y otros tres de heroína para salir con su grupo de amigos de Lerín, donde “también existe una gran tradición de disfrazarse en Nochevieja”, comentaron. Raúl Rodríguez también piensa que “a partir de los treinta no sabes si vas a salir y prefieres comprar algo fácil”. Por eso, acudió ayer al Toy Planet y se llevó un disfraz de Caperucita aupada por el lobo.

El 1 de enero de 2002, el día del cambio de las pesetas por euros, la foto principal del DIARIO DE NOTICIAS, tomada por Javier Bergasa, era una instantánea de Rodríguez con una peluca azul sacando dinero en un cajero. Él aún conserva la imagen en el móvil con cariño, aunque nadie le promete que repita en portada siete años después... pero puede estar seguro de que ha conseguido algo mucho más difícil y que solo es posible gracias a la Nochevieja de Pamplona: reconciliar a Caperucita Roja y al lobo feroz.

Radio Paraíso. Una de las teorías sobre el origen de la costumbre de disfrazarse en Pamplona es la fiesta que organizó la emisora de Radio Paraíso en el Labrit en la Nochevieja de 1982.

Jarauta. Otra de las leyendas populares cuenta que los bares de Jarauta comenzaron a hacer llamamientos en los años 80 para que la gente fuera vestida de un tema específico.

No solo en Pamplona. Algunos municipios como Lerín también celebran el año nuevo con disfraces. Muchos pueblos y barrios de la periferia de la capital, además, tienen temáticas concretas. En la Txantrea, por ejemplo, irán de dibujos animados.

Poca política. Uno de los temas recurrentes para este año podía haber sido el del procés. Sin embargo, las tiendas informan de que, en general, la gente este año no ha optado por disfraces del mundo político tanto como el año pasado con Puigdemont o Trump.

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Son los euros que calculan en La Máscara que gasta en el disfraz más o menos cada persona que se disfraza en Nochevieja.