Nuevas denuncias de exalumnos refuerzan a las víctimas de abusos en centros religiosos
Una nueva denuncia en la Policía Foral sobre El Puy en Estella y otras dos que se presentarán por los Reparadores de Puente elevan a 8 los casosLos afectados quieren constituir una asociación
pamplona - No cesan las denuncias en los cuerpos policiales de aquellos alumnos que fueron víctimas en su niñez de abusos sexuales cometidos en diversos colegios religiosos de Navarra mientras eran internos. Ayer mismo, un exalumno del colegio diocesano El Puy de Estella acudió a las dependencias de la Policía Foral para relatar el calvario que sufrió por parte del primer director del colegio, José San Julián Luna, entre 1963 y 1970. A esta, en goteo, se van a añadir en los próximos días las denuncias que van a presentar otros dos exalumnos del colegio de los Padres Reparadores de Puente la Reina, que compartieron clase en el centro entre 1979 y 1982. Estos fueron víctimas del hermano Basilio García (otro de los señalados en los testimonios que lleva recopilando este periódico desde hace poco más de un mes) y ambos sufrieron abusos en sus propias carnes y también fueron testigos de las denuncias que hacían otros compañeros por los tocamientos tanto de García como del padre Senosiáin. Uno de estos denunciantes es Alfredo (nombre ficticio), un pamplonés de 51 años que ofrece su testimonio en la parte inferior de esta página y narra un episodio puntual ocurrido cuando tenía 12 años. Con las nuevas acciones llevadas a cabo por las víctimas, se van a elevar ya a ocho las denuncias presentadas en los cuerpos policiales de Navarra. Ya son tres las denuncias efectuadas contra el que fuera director del colegio estellés, mientras que van a sumar cuatro las presentadas contra el padre Senosiáin y el hermano Basilio, a las que hay que añadir la efectuada por un exalumno del colegio Jesuitas de Pamplona por los abusos cometidos por el sacerdote Ruiz de Gauna en 1965.
Hasta el momento, las denuncias presentadas por los afectados implican a religiosos que están fallecidos, por lo que la primera decisión judicial que se comunicó en este caso a Koldo, el primero de los denunciantes de El Puy de Estella, de que se decretaba el archivo de la causa por el fallecimiento del denunciado será el cauce habitual que seguirán estas denuncias. Sin embargo, de esta forma, queda constancia oficial de lo sucedido y, como en el caso de Koldo, la autoridad judicial puede en este caso abrir una vía civil para las posibles reclamaciones a presentar en esa jurisdicción, en la que se podría exigir algún tipo de compensación a los herederos o causahabientes del denunciado, que bien podrían ser personas físicas como familiares o la propia orden religiosa o el Arzobispado como máxima institución de la Diócesis navarra.
ASOCIACIÓN EN CIERNES Por ahora, los afectados por esta lacra que ya salpica a las actuaciones de religiosos que impartían clase en tres centros educativos en Navarra (todos ellos entre 1960 y 1982, como fechas señaladas) han empezado a movilizarse. Así, en los próximos días tratarán de inscribir legalmente una asociación de víctimas de estos abusos y, para ello, hacen un llamamiento a antiguos compañeros de colegio e incluso a víctimas de otros centros para que se pongan en contacto con ellos a través, por ejemplo, de este periódico que está recogiendo sus denuncias. Están dispuestos a llegar hasta donde haga falta.
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