“Sufrí un episodio de abusos que cambió mi vida y me hizo protegerme contra los curas”
Alfredo, pamplonés de 51 años, se atreve a contar los abusos sufridos durante su estancia en los Padres Reparadores de Puente la Reina después de cuatro décadas de silencio
pamplona - Ha pasado casi 40 años intentando olvidar el traumático episodio que ensombreció su niñez, pero Alfredo (nombre ficticio), pamplonés de 51 años, se atreve ahora, tras escuchar el testimonio de otros compañeros, a contar que él también fue víctima de las conductas abusivas del hermano Basilio García en los Padres Reparadores de Puente la Reina, donde estudió entre 1979 y 1982.
¿Cómo acabó interno en el colegio?
-De pequeño era un poco inquieto y mis padres me internaron en el El Puy de Estella, después pasé a los Reparadores de Puente y luego a Maristas.
¿Cómo resumiría su paso por Puente la Reina?
-Fui feliz, excepto por lo que me pasó.
¿Qué fue lo que le ocurrió?
-Con unos once años caí enfermo y el hermano Basilio, el encargado de la Enfermería, me dijo que tenía que pasar la noche allá. Me quedé dormido y, cuando me desperté, el hermano Basilio me estaba tocando y chupando, y también hacía que yo lo tocara a él. En aquel momento me quedé paralizado. Al día siguiente lo comenté con mis compañeros y después salieron más chicos a los que les había pasado lo mismo.
¿Hasta sufrir este episodio había escuchado algo similar o fue a raíz de contarlo usted cuando otros comentaron situaciones parecidas?
-A partir de contarlo yo, salieron más casos, todos con la misma persona e incluso repetidas veces.
¿Cuántos compañeros conoce que sufrieran situaciones como la suya?
-Yo sé de dos, con nombres y apellidos. Habrá muchos otros que lo ocultaron.
¿Sufrió algún otro episodio similar?
-No, porque no volví a pasar por la Enfermería. A partir de entonces me puse una especie de capa de protección contra los curas, me volví contra ellos. Hablábamos entre compañeros de escaparnos, pegarles o denunciarles, entramos en esa dinámica.
Imagino que en esos tiempos era difícil reaccionar.
-Sí, de hecho yo no se lo había contado nunca a nadie hasta hace poco. Estaba haciendo la compra con mi pareja cuando una señora nos pidió ayuda. La mujer era de Puente la Reina y le comenté que yo había estado interno en los Reparadores. Entonces me comentó las denuncias de abusos que habían salido en el periódico, que yo desconocía. No sé cómo pero algo se disparó en mí e, inconscientemente, le dije que a mí también me había pasado. La señora me dijo que tenía mucha amistad con el alcalde de Puente y me preguntó si quería ponerme en contacto con él. A los pocos días me llamó para ofrecerme su apoyo y le dije que tenía intención de denunciar.
Desde la conversación con el alcalde, ¿qué pasos ha dado?
-Fui directamente al colegio a hablar con el padre superior y le conté que también habían abusado de mí.
¿Vio que se sorprendiera?
-Lo vi cabizbajo. Me dijo que quedaba a mi disposición, pero que ellos no se podían hacer responsables de lo que había hecho una persona en concreto. También me enseñó un comunicado que habían emitido a raíz de lo publicado en el periódico.
¿Siente que el episodio que relata le dejó alguna secuela emocional? ¿Le duele recordarlo?
-Sí, me hace daño porque fue un episodio determinante para mi niñez. De hecho, me volví bastante conflictivo y entré en un episodio de rebeldía. Hará diez años hice oficial mi rechazo cuando fui al Arzobispado y me hice apóstata. Pero no les conté lo que me pasó en Puente.
Entonces, aunque no lo manifestara, ¿aquel episodio influyó para que tomara esa decisión?
-Sí, y también tuvo que ver en conductas mentales que he tenido a posteriori. Lo que se pasó fue un factor determinante en mi vida.
Hay otros compañeros que también han hablado de las conductas abusivas del padre Senosiáin. ¿En su estancia en el colegio, aparecieron nombres de otras personas con conductas de ese tipo?
-Se hablaba del hermano Basilio, el padre Senosiáin y un hermano que vino de Alicante. Incluso fuimos a la habitación de este último para hablar con él y no nos atendió.
¿Pudieron hablar con algún mando de la Congregación?
-Yo no me atreví, guardé silencio.
¿Supo después algo del paradero del hermano Basilio?
-Cuando volvía a séptimo u octavo curso nos dijeron que lo habían trasladado a Alba de Tormes.
Ahora que ha dado el paso de hacerlo público, ¿busca algún apoyo por parte de otras víctimas?
-Me han propuesto hablar con excompañeros y me ha hecho mucha ilusión. Pero es triste que nos vuelva unir una causa así.
¿Se marchó del colegio por los problemas con el hermano Basilio?
-Si ya tenías un poco clara la fe, el siguiente paso era ir a Alba de Tormes por el camino del noviciado. Yo supe que ese no era mi camino.
¿Qué demanda ahora de la Iglesia?
-Que pidan disculpas y que se hagan responsables. No me vale que digan que la persona en cuestión ha fallecido porque perteneció a una congregación y, a su vez, a la Iglesia.
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