El Caribe esconde una isla peculiar. Odiada y repudiada por unos, añorada y querida por otros. Cuba, a pesar de persistir en una burbuja, no ha sido ajena a la pandemia global del covid-19. Allí vive Renato García Egusquiza, el presidente de la Asociación Vasco-Navarra de Beneficencia, quien relata a DEIA cómo está afrontando la crisis sanitaria la comunidad vasco cubana.

La euskal etxea cubana goza de una larga tradición, pero en estos momentos está instalada en el edificio de la asociación gallega Naturales de Ortigueira. "Nos encontramos realizando los trámites con el Gobierno de La Habana para lograr nuestra sede propia, algo que se ha atrasado por el covid-19", explica Renato, cuya familia tiene raíces en Sopela.

En Cuba comenzaron a dispararse las alarmas por la epidemia a mediados de marzo y en abril comenzaron a tomarse medidas por parte de las autoridades: "La crueldad de esta pandemia no tiene nombre, ni rostro, ni edad y, aunque se sea muy optimista, hay que tomar todas las medidas necesarias pues es muy contagiosa y letal".

El confinamiento ha sido general para todo el país. "Se pide que se salga lo menos posible, únicamente para situaciones de máxima necesidad, pero aún quedan muchas personas que no han interiorizado muy bien la peligrosidad de este virus", lamenta este ingeniero de estudios. "El confinamiento fue orientado por la Dirección del País una vez que el contagio por el virus se fue extendiendo por todo Cuba y para zonas de contagio por contacto directo se tomaron medidas más fuertes de movimiento", relata. "Dentro de las medidas tomadas aquí, está la administración sublingual de unas gotas que levantan las defensas ante contagios de gripes. También se han cerrado el transporte público y las actividades actividades públicas".

El presidente de la euskal etxea no tiene especial queja sobre el hacer de su gobierno, puesto que cree que la crisis sanitaria no ha sido gestionada de una manera ideal por ningún gobierno del planeta: "Ningún gobierno ha actuado en el momento que se debía y la causa de los contagios en muchos países ha sido la demora en el cierre de sus fronteras".

Si en Euskadi el papel higiénico y la harina fueron productos que escasearon en los primeros días de la cuarentena, en Cuba la situación ha sido más compleja: "El abastecimiento de alimentos y medicinas se nos hace más engorroso como consecuencia del embargo comercial a que nos tiene sometido el gobierno de los Estados Unidos desde hace más de cincuenta años y, por supuesto, muchas veces también se carece de gestiones responsables por parte de las administraciones que representan al estado y que hacen que se recrudezca este fenómeno de abastecimiento de comidas y productos".

Renato no quiso mirar a otro lado cuando explotó la crisis y movilizó a todos los miembros de la euskal etxea: "La primera medida que solicité, como presidente de la asociación, a nuestros directivos y activistas sociales fue estar en contacto constante con nuestros asociados y, sobre todo, con los mayores de 65 años, más susceptibles a este virus. A día de hoy no se nos presenta ningún caso de contagio o fallecimiento en nuestra comunidad a cuenta del covid-19".

Desde el corazón de Cuba, Renato no ve prudente iniciar la vuelta a la normalidad: "El mundo sigue sufriendo esta pandemia y países desarrollados continúan reportando fallecimientos por miles, así que opino que aún no es tiempo".

Estas semanas la sociedad cubana, como cualquier otra, ha dejado escenas positivas y negativas: "En positivo destaco los aplausos que se les dedica a los sanitarios, a todos los que tienen que ver con el cuidado ciudadano, cada día a las nueve de la tarde; y negativo, la inconsciencia de muchos que aún piensan que este virus es una fiesta más y deambulan por las calles como infalibles y que realmente son potenciales transmisores del virus".

En Cuba ya están acostumbrados a las crisis económicas, por lo que el destrozo realizado en la economía por la pandemia será solo un bache más para superar por su pueblo: "El mundo entero va a tardar en recuperarse económicamente y habrá que tomar nuevas medidas y soluciones. Considero que existirá un antes y un después totalmente diferentes. Como ya les he comunicado a los gobiernos vasco y navarro, a través de las direcciones que nos representan como vascos y navarros en el exterior, la diáspora y su descendencia en Cuba abrazan desde la distancia a los pueblos vasco y navarro, y que a pesar de nuestra situación nada de primera, pueden contar con nuestro apoyo de todo tipo y sobre todo el de levantar la moral ante pandemias y problemas que nos unirán cada vez más".

Fundación. Se creó en el año 1877. La tercera en América posterior a la de Uruguay y Argentina, pero la primera a nivel mundial con carácter benéfico.

Actividades. Día Internacional de la Mujer, Aberri Eguna, San Fermín, Día de la Fundación de nuestra Asociación, Día del Emigrante Vasco, Misa a la Virgen de Begoña, patrona de la Asociación, Día de Navarra, Día de Olentzero, Junta General de Asociados y Fiesta de despedida del Año Social.

600

Más de 600 asociados, de los cuáles 22 son vascos originarios. Aunque, si tenemos en cuenta la doble nacionalidad, ya son más de 140 los asociados empadronados en la CAV o Navarra y más de mil alrededor de toda Cuba, aunque no asociados pero a los que atienden si así lo requirieran.

"El pueblo vasco puede contar con nuestro apoyo para levantar la moral tras la pandemia"

Presidente euskal etxea