- La letrada especialista en Familia, Beatriz de Pablo, recuerda que era "evidente" que los divorcios y separaciones durante el confinamiento iban a suponer un descenso de las cifras habituales, puesto que el juzgado estaba paralizado y, ahora, "lo que será interesante es ver si en el tercer trimestre se incrementan de forma notoria las rupturas. Por el momento no tengo esa impresión. Septiembre me ha parecido un mes similar al de otros años, cuando siempre hay un aumento de tramitaciones. En mi caso particular hemos notado un ligero incremento, no algo exagerado". La abogada también recuerda los plazos temporales en los que se está manejando la Administración para fijar fechas de juicios para estos procedimientos, como uno de los motivos para que no crezcan demasiado. En el Juzgado de Primera Instancia 3, el histórico de Familia, una demanda que se presente ahora se juzgaría en mayo. En el juzgado número 10, de reciente creación, el juicio sería en noviembre. "Cuando hablas con el cliente, hay que explicarle también esa tesitura y por eso se llega a acuerdos, porque hay gente que no puede pensar en trámites tan largos. Muchos asuntos que, de entrada, parecían de difícil conciliación, han terminado en acuerdos que parecían difíciles de que se llevaran a cabo", zanja la letrada de Pamplona. La especialista no oculta que la situación económica no es tampoco el mejor escenario para adoptar cualquier tipo de decisión, y menos una de esta envergadura, como la de divorciarse o separarse. "Ese cierto colapso de la Administración no invita a que se pueda acudir a los juzgados. Y también, por otro lado, influye la situación económica, porque hay personas que no pueden pensar en muy largo plazo de tiempo debido a las penurias que ha traído la pandemia. Y ahora se están dando situaciones nunca vistas como la de los colegios. Hay que pensar en casos como en que aíslen a los niños de la pareja. Todo eso dificulta más el paso a divorciarse".