El cambio climático es el causante de 250.000 muertes al año en todo el mundo, según advirtió la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

El Separ, que tiene su sede en Barcelona, hizo una estimación por múltiples vías, de las cuales la más conocida es la infecciosa y se deriva del desplazamiento de vectores debido al calentamiento global que son responsables de brotes de malaria, hantavirus, dengue o zika.

“El aumento de lluvias torrenciales aumenta el agua estancada, junto al aumento de las temperaturas, lo que ocasiona brotes de enfermedades diarreicas. Pero el impacto va más allá y también las enfermedades alérgicas, las psiquiátricas, la desnutrición y las migraciones, que conllevan un impacto en la salud, son otras consecuencias nocivas asociadas al cambio climático,“ explicó el Dr. Carlos Andrés Jimenez-Ruiz, neumólogo y presidente de Separ.

En menos de 100 años, las concentraciones de CO2 en la atmósfera han pasado de alrededor de 280 partes por millón (ppm) a más de 400, algo que provoca el cambio climático y que tiene un gran impacto en la salud humana, causando sobre todo enfermedades respiratorias.

“El cambio climático es una amenaza directa a la salud respiratoria, ya sea agravando enfermedades crónicas o facilitando su aparición”, explicó la neuróloga Isabel Urrutia, que añade que “los cambios bruscos en la temperatura están directamente relacionados con la morbilidad y la mortalidad en enfermedades respiratorias tan comunes como el asma”.

La polución del aire, otro factor que se ve agravado por el cambio climático, también “se asocia a síntomas respiratorios, peor función pulmonar, empeoramiento del asma y desarrollo de bronquitis crónica o aumentar la sensibilización o los síntomas.

Un plan que se realizará entre los gobiernos de Aragón, La Rioja y Navarra, concretamente en Castejón, y que pasará a la fase de revisión y negociación.

La iniciativa tiene como principal objetivo desarrollar una serie de obras en las referidas comunidades autónomas a fin de incrementar la resiliencia a las inundaciones que sufren habitualmente estos territorios y que acaban causando graves daños.

La Estrategia Ebro Resilience, como partedel Plan de Gestión del Riesgo de Inundación, pretende reducir el impacto de las inundaciones y contribuir a mejorar el estado del río a lo largo de un tramo de 325 kilómetros que discurre por 62 términos municipales de las tres comunidades.

Para ello, el proyecto contempla medidas de prevención, protección, preparación y recuperación ante inundaciones, así como de mejora de los ecosistemas fluviales.