- Los 40 grados que marcaba el termómetro ayer en Obanos llevaron a muchos vecinos de la localidad a pasar el día en las piscinas de la localidad. Muchos estaban comiendo en las instalaciones, cuando vieron las llamas acercarse. "Estábamos aquí comiendo unos cuantos y veíamos que el humo salía de detrás de Montarraga (un monte en la parte sur del pueblo) y de repente las llamas han pasado a la otra cara del monte y en cuestión de minutos teníamos las llamas encima, en el campo de al lado", detallaba ayer Jaime Mariñelarena, vecino de Obanos.

En cuanto vieron que las llamas se dirigieron al pueblo, desalojaron las piscinas a toda prisa, muchos de quienes estaban allí incluso se dejaron las toallas, los bolsos y las sillas, que horas después seguían tiradas en el césped. Allí se encontraba Jaime Mariñelarena, junto a otro vecino, tratando de apagar los rescoldos que quedaban del incendio, que llegó a afectar a varios árboles de las instalaciones. "Parece que lo peor ya ha pasado, pero los campos de alrededor han ardido muy rápido y han quemado también varios árboles de la piscina. Ahora estamos intentando que no se reavive porque todavía va saliendo alguna llama", explicaba Jaime, que no paraba de hacer viajes con un cubo para humedecer la zona dos horas después de que se iniciase el incendio.