La ONU dijo este martes que tanto Marruecos como el Estado hicieron un "uso excesivo de la fuerza" en la frontera en la valla de Melilla el pasado fin de semana, en alusión al asalto masivo desde Marruecos en el que murieron 23 inmigrantes, y pidió que se investigue la violencia.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la organización, Stéphane Dujarric, hizo alusión al suceso en Melilla al ser preguntado por las habituales reacciones de "tristeza" o conmoción del secretario general, António Guterres, a muchos acontecimientos.

"Ya que me preguntan por eso, quiero expresar, utilizando un término que ya hemos usado, cuán conmocionados estuvimos con las imágenes de la violencia que vimos en la frontera entre Marruecos y el Estado en el norte de África este fin de semana", destacó.

"Vimos también el uso de fuerza excesiva de las autoridadesque debe ser investigado porque es inaceptable. Los estados tienen obligaciones bajo la ley internacional, la ley internacional de los derechos humanos y las leyes de refugiados, y todas deben respetarse", agregó.

Preguntado por una atribución concreta sobre ese uso excesivo de la fuerza de las autoridades que había mencionado, el portavoz dijo haberlo visto "a ambos lados de la frontera", en referencia a los territorios marroquí y español.

Dujarric reclamó que se respeten los derechos humanos de los inmigrantes, criticó que demasiado frecuentemente no se hace y aseguró que la ONU seguirá "presionando a los estados miembros" a cumplir con sus promesas en el Pacto Mundial sobre Migración.

El pasado sábado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, culpó a las mafias que trafican con personas del "asalto violento contra la integridad territorial" del país, y defendió el trabajo que hicieron las fuerzas de seguridad del Estado, pues varios de los heridos fueron agentes de la Guardia Civil española.

En el lado español, el salto a la valla no registró ningún fallecido pero sí provocó 106 heridos, en su mayoría leves, 49 agentes de la Guardia Civil y 57 inmigrantes, de los cuales tres tuvieron que ser trasladados a un hospital.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha mostrado convencido de que "tanto España como Marruecos" quieren "saber qué ha ocurrido", aunque ha puntualizado que "una avalancha de 2.000 personas es muy difícil de gestionar", por lo que el Estado necesita "reforzar aún más la colaboración con Marruecos".