Las situaciones de pobreza y exclusión social no entienden de edades, y un 11% de los navarros mayores de 75 años tiene dificultades para llegar a fin de mes con los ingresos de su hogar. Asimismo, un 43% tiene dificultades para afrontar gastos imprevistos y un 42% no puede irse de vacaciones una semana.

Así lo acredita el estudio “Preocupaciones ante una próxima vejez” realizado por la Fundación Mutua de Propietarios, que también recoge que vivir con los hijos “no supone una mejor economía para los mayores”. Esto se entiende debido a que el principal motivo de este comportamiento es la necesidad de los hijos de volver a vivir con sus padres cuando una familia atraviesa dificultades económicas. Por ello, “la economía de los hijos no suma, sino que la economía de los mayores se reparte entre todos los miembros del hogar”, asegura Laura López, vicepresidenta de la entidad que ha realizado el informe.

MOVILIDAD, LA MAYOR PREOCUPACIÓN

El principal aspecto que preocupa a las personas mayores de 75 años es la movilidad, con un 68%. Y lo hacen porque reconocen que el deterioro sufrido con la edad es inevitable y que las viviendas están poco o nada adaptadas para los mayores, un aspecto que la Fundación calcula que ocurre en un 47% de las casas.

Sobre ello, la mitad de este grupo considera necesario contar con un hogar accesible. Las puertas automáticas, en un 61%, los suelos antideslizantes, con un 43%, y las rampas, con un 15%, son elementos de los que ahora mismo no disponen y que creen que serían necesarios. Por otro lado, el ascensor –en un 80%– y las duchas –en un 60%– son los mecanismos más utilizados.

Respecto al resto de problemas que más preocupan, a la falta de movilidad le sigue el padecer una enfermedad crónica (67%) y el no disponer de dinero para vivir (59%).

Asimismo, respecto a las preocupaciones de la población con edad inferior, 3 de cada 10 navarros están muy o bastante preocupados por su vejez, mientras que un 59% lo está “poco o nada” y un 13% ni siquiera piensa en ello. Las franjas más jóvenes (de 18 a 24) y más mayores (de 65 a 74) son los que tienen un grado de preocupación menor. Dentro de estas cifras, quienes mayor preocupación tienen por las consecuencias de la vejez son quienes tienen en la familia a mayores de 75 años.