Casi uno de cada diez navarros afronta el delicado escenario económico actual, auspiciado por la alta inflación, en situación de pobreza o exclusión social. En concreto, y según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida que publica el Instituto Nacional de Estadística, un 9,8% de la población se encuentra por debajo del 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo, límite entre los que se considera esta situación de exclusión.

Asimismo, ésta es una de las condiciones junto a la carencia material severa (privación de seis conceptos importantes para la vida); o vive en hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo (en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial) para determinar la tasa AROPE, indicador de riesgo de pobreza o exclusión social y en el que Navarra también tiene el porcentaje más bajo (14,7%) junto a la CAV (16%).

Por contra, Navarra se encuentra en el segundo lugar en cuanto a ingresos medios anuales se refiere, con 15.269 euros al año por persona, mientras que los más elevados se dieron en la CAV (15.544 euros); cifras un 60% superiores al registro de Extremadura, el más bajo con 9.500.

Aumento en el Estado

En el conjunto del Estado, la población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó el año pasado hasta el 27,8%, ocho décimas más que el año anterior. El INE explica que ese porcentaje se establece con un nuevo concepto de la tasa AROPE, que reduce de nueve a seis los conceptos importantes para la vida .

Según la encuesta, aumentó el porcentaje de población en situación de baja intensidad en el empleo -hogares en los que los miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial- del 10% al 11,6%. También subió la población en riesgo de pobreza -que mide cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población-, que se situó en el 21,7% frente al 21% del año anterior. Por el contrario, se redujo dos décimas, hasta el 8,3%, las personas residentes en hogares con carencia material y social severa.

Por grupo de edad, la tasa AROPE subió 1,4 puntos entre los menores de 16 años, y 1,3 puntos en el grupo de 16 a 64 años; por el contrario, bajó 1,1 puntos entre los mayores de 65 años. Respecto a la incidencia del nivel de formación, el 38,4 % de la población que tiene educación primaria o inferior estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, mientras que cuando el grado alcanzado era la educación superior, la tasa se reduce al 14,9 %.

Por tipo de hogar, el 54,3 % de las personas que vivían en familias formadas por un adulto con hijos dependientes a cargo se situaba en riesgo de pobreza o exclusión social.

Un 11% de los mayores de 75 años no llega a fin de mes

Las situaciones de pobreza y exclusión social no entienden de edades, y un 11% de los navarros mayores de 75 años tiene dificultades para llegar a fin de mes con los ingresos de su hogar. Asimismo, un 43% tiene dificultades para afrontar gastos imprevistos y un 42% no puede irse de vacaciones una semana.

Así lo acredita el estudio “Preocupaciones ante una próxima vejez” realizado por la Fundación Mutua de Propietarios, que también recoge que vivir con los hijos “no supone una mejor economía para los mayores”. Esto se entiende debido a que el principal motivo de este comportamiento es la necesidad de los hijos de volver a vivir con sus padres cuando una familia atraviesa dificultades económicas. Por ello, “la economía de los hijos no suma, sino que la economía de los mayores se reparte entre todos los miembros del hogar”, asegura Laura López, vicepresidenta de la entidad que ha realizado el informe.

Movilidad, la mayor preocupación

El principal aspecto que preocupa a las personas mayores de 75 años es la movilidad, con un 68%. Y lo hacen porque reconocen que el deterioro sufrido con la edad es inevitable y que las viviendas están poco o nada adaptadas para los mayores, un aspecto que la Fundación calcula que ocurre en un 47% de las casas.

Sobre ello, la mitad de este grupo considera necesario contar con un hogar accesible. Las puertas automáticas, en un 61%, los suelos antideslizantes, con un 43%, y las rampas, con un 15%, son elementos de los que ahora mismo no disponen y que creen que serían necesarios. Por otro lado, el ascensor -en un 80%- y las duchas -en un 60%- son los mecanismos más utilizados.

Respecto al resto de problemas que más preocupan, a la falta de movilidad le sigue el padecer una enfermedad crónica (67%) y el no disponer de dinero para vivir (59%).

Asimismo, respecto a las preocupaciones de la población con edad inferior, 3 de cada 10 navarros están muy o bastante preocupados por su vejez, mientras que un 59% lo está “poco o nada” y un 13% ni siquiera piensa en ello. Las franjas más jóvenes (de 18 a 24) y más mayores (de 65 a 74) son los que tienen un grado de preocupación menor. Dentro de estas cifras, quienes mayor preocupación tienen por las consecuencias de la vejez son quienes tienen en la familia a mayores de 75 años.

22,6% sin vacaciones. Casi un 23% no puede permitirse irse de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Es la cuarta mejor cifra tras la CAV (16,4%), Madrid (21,4%) y La Rioja (22,4%).

20,9% sin capacidad para imprevistos. Una de cada cinco familias de la Comunidad Foral no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos de una cantidad de 650 euros. Es la segunda mejor comunidad tras la CAV (18,4%)

10,3% retrasos en pagos. Poco más del 10% de la población tiene problemas de retrasos en pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos. Es el sexto mejor porcentaje.

6,4% dificultad para llegar a fin de mes. Un 6,4% de navarros tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes. Representa la cuarta mejor cifra del Estado.