El arte también es terapia. Así lo asumen los artistas de la exposición Entre almas, cuya inauguración ha tenido lugar esta mañana en el Civivox Jus La Rocha. Se trata de un proyecto que, según ha explicado Miren Tanko, directora de la Unidad de Rehabilitación, “busca dar visibilidad a la salud mental a través de obras artísticas que se han elaborado en la clínica de rehabilitación”.

A diferencia de otros años en los que también se organizaban talleres y charlas, en esta ocasión se ha brindado la oportunidad de exponer a distintos artistas que están siendo atendidos en la clínica.

“Queríamos aprovechar el talento y las creaciones para hacer una exposición en torno a la salud mental. Queremos hacernos visibles”, ha expresado Amalia Zarzuela, directora de la Unidad de Rehabilitación.

Asegurando que “la salud mental es el motor de todo”, Zarzuela ha agradecido la participación de los usuarios que, también agradecidos, han expuesto sus obras con ilusión. “Es importante tener un gran apoyo en la vida. Para muchos, ese apoyo es el arte”, ha continuado.

Respaldando las palabras de su compañera, Iñaki Arrizabalaga, gerente de Salud Mental, comentaba que “es importante tener objetivos”. Orgulloso del trabajo de los artistas, ha puntualizado que “el concepto de humanización es importantísimo; hay que tener en cuenta a las personas, a las almas. Por eso el título de esta exposición es tan acertado”.

LA LITERATURA COMO MEDICINA

“La escritura es algo terapéutico”, aseguraba José Ángel Pérez, escritor y participante del proyecto. Pérez escribe sobre su camino en todo aquello relacionado con la salud mental. “Cojo historias que me han pasado y mezclo unas con otras”, ha indicado, reconociendo que al principio ni siquiera él mismo sabía cuál era el “superpoder” de la literatura. “Me decían que escribía bien, y de repente ya voy por el segundo libro”, reía, cediéndole la palabra a su compañero Javier Baines, también escritor.

Amalia Zarzuela define a Baines como “un hombre muy polifacético”. Dibuja y escribe, y con eso “nos ayuda a todos”.

“La noche que falleció mi padre no pude dormir y me puse a escribir. Ahí empezó todo. Escribir me ayuda a entenderme a mí, al mundo y a cuidar mi salud mental”, ha indicado Baines, recordando el día que comenzó a dejarse cautivar por el arte. El primer texto que escribió fue una carta, que se encuentra expuesta junto al resto de sus creaciones. “Ya voy por el cuarto libro, y casi sin darme cuenta”, ha expresado con emoción.

PINTAR ES VIVIR

Alina, cuyo pseudónimo y nombre de identidad es Joy, que significa alegría, empezó a dibujar a los 4 años. Ahora tiene 26 y asegura que “pintar es una gran terapia”.

“Pintar me ayuda a relajarme y a recordar tanto buenos como malos momentos. En mis dibujos saco mis emociones, y verlos cuando pasa un tiempo me hace recordar lo vivido”, ha manifestado.

Enrique Tenorio también pinta como método para evadirse. “Cuando termino mis creaciones me siento realizado. Es satisfactorio ver que una parte de mí está fuera y poder mostrárselo a los demás”, ha señalado, explicando a los visitantes que una de sus señas de identidad es “pasar toda esta producción artística a medios digitales mediante diseño gráfico”.

David Briñol ha mencionado que suele dibujar en su “cuarto a solas, a cualquier hora y fumando tabaco”. Su especialidad consiste en pintar a lápiz, aunque también quiso exponer un cuadro pintado con ceras y un retrato que pintó recientemente en la clínica. “Yo empecé a crear para sacar lo que llevo dentro”, ha recalcado.