La Ley Trans, que ha abierto un cisma en el Gobierno español entre PSOE y Podemos, y ha suscitado una enorme polémica desde que inició su andadura el pasado año con un borrador, no tendrá apenas incidencia en Navarra y Euskadi.

Y es que las comunidades cuentan con legislación propia en este ámbito, por lo que prácticamente la única novedad que contempla será en el cambio registral, una competencia que depende de la administración estatal.

CONSULTA AQUÍ LA LEGISLACIÓN SOBRE TRANSEXUALIDAD EN NAVARRA

Así lo explica Bea Sever, portavoz de Naizen, la Asociación de Familias de Menores trans de Navarra y Euskadi, que advierte de que será un retroceso, una ley contraproducente, en lo que a menores respecta, ya que tanto en la CAV como en Navarra la autodeterminación de genero se venía haciendo en la mayoría de casos desde los 8 años. Y ahora, la ley amplía la edad mínima.

Es la medida que más polémica y debates ha suscitado desde su anuncio, y que ha provocado el retraso de su aprobación. Y es que con esta norma se permite la rectificación registral a las personas trans sin requisitos médicos en diferentes tramos de edad: a partir de los 16 sin condiciones, desde los 14 con consentimiento de sus progenitores y entre los 12 y 14 con autorización judicial. 

La norma no regula, por el contrario, el acceso a los tratamientos médicos para adolescentes, que es algo que ya estipulan las leyes aprobadas en las comunidades autónomas. Por ese motivo, según puntualiza la portavoz de Naizen, en Navarra y Euskadi “esta ley lo único para que nos sirve es para el cambio de la mención de sexo en el registro central. Ya que en Euskadi se permite cambiar ya toda la documentación menos la que depende de Madrid. Actualmente, los documentos de Osakidetza, Educación, Lanbide…ya se cambian”. Por ese motivo, sostiene que “esta ley no tiene un efecto práctico importante”.

De hecho, según asevera, una sentencia del Constitucional de 2019 establece que la ley registral de 2007 es contraria a la Constitución porque deja fuera a menores. Así, gracias a esta sentencia que sienta jurisprudencia “cada juzgado lo interpreta libremente”, por lo que desde entonces, “prácticamente todas las peticiones de cambio de nombre en el registro se aceptan incluso con 8 años”. Sin embargo, hay excepciones, según Sever; “como en Gasteiz que tienen una jueza nueva conservadora, o Balmaseda... pero por lo general a nivel de menores la ley estatal nos supondría un paso atrás”, expone.

Así, expone que esta ley supondrá lo que denomina una “justicia social”, ya que en este momento trece comunidades cuentan con legislación en esta materia, pero hay algunas que carecen de normativa. “Eso significa que una persona trans de Bilbao tiene más derechos que una de Burgos”, sostiene. 

Retrasos

La norma que se ha retrasado por discrepancias en el seno del Gobierno español no es, según Sever, una Ley trans, aunque se le denomine como tal. Y va más allá: “No hay una ley trans ni la va a haber”. ¿Por qué? Alude a que la presentada por el Gobierno español, es una ley LGTBI, y tiene solamente cuatro puntos relacionados con el tema trans. “En el acuerdo de Gobierno se pactó que habría dos leyes; una LGTBI y otra trans”. 

Sin embargo, sostiene que el pacto no se ha cumplido. “Después de estar con el Ministerio de Igualdad elaborando un borrador de 53 folios, en esta ley solo se incluyen tres sobre el tema”. De hecho, expone que se ha dejado fuera puntos relativos a personas migrantes, hombres que han dado a luz... 

Despatologización

Hasta ahora, para realizar el cambio de sexo legal en el registro se exigía un informe médico que acreditara disforia de género. Y es que no fue hasta 2018 cuando la OMS despatologizó la transexualidad. Sin embargo, en el seno del Gobierno, el proyecto para dejar atrás este procedimiento viene de atrás.

Y es que a pesar de las discrepancias surgidas en el último año, fue el propio PSOE el que en 2017, presentó una proposición de ley para despatologizar las identidades trans, es decir, para que las personas trans pudieran modificar su sexo legal en el Registro Civil sin necesitad de presentar informes médicos o psicológicos y sin que la decisión dependiera de una tercera persona. 

Decía el texto que con la norma querían que el Estado “reconozca verdaderamente el derecho a la identidad sexual o expresión de género autopercibida y libremente determinada”. 

En cuanto a la legislación propia, según expone Bea Sever, en Euskadi desde 2012 hay ley, y en Navarra desde 2017, y “no ha habido esta polémica, en ambos casos los socialistas han votado a favor; ahora simplemente dará facilidades a nivel burocrático”, insiste.

Así, advierte de que “que te cambies los datos en el registro o no, no impide que tu vivas como quien eres”. “Ya viven como quienes son, pero les complica la vida tener que dar explicaciones constantemente. No cambiar esa documentación va a implicar que tenga que estar dando explicaciones y que se vulnere su intimidad”, asevera.

Legislar para una mayoría

¿Cuál es el proceso de un menor trans? Para empezar, el tratamiento consiste en un bloqueo hormonal para no desarrollar en la pubertad características sexuadas que no vive como propias, con lo cual, incide la portavoz, “hablamos de un inicio puberal, y de tratamientos reversibles”. Así, cuando se quita el bloque hormonal el cuerpo sigue su desarrollo. Más tarde, a los 16 se puede acceder a una hormonación cruzada, que sería lo que hubiera hecho tu cuerpo en una pubertad, pero en sentido contrario. “Esto ya si es irreversible”, explica, “pero estamos hablando de unas edades y un recorrido”. 

Así, en cuanto al porcentaje de desistimientos, Sever asevera que tan solo un 2% lo hace. Por eso, sostiene que “no podemos dejar de regular los derechos de una mayoría porque haya un porcentaje pequeño de desistimiento. Igual que no dejamos de regular la violencia contra las mujeres porque haya un porcentaje pequeño de denuncias falsas”. 

Y para atender a ese pequeño porcentaje, insiste en que la educación sexual es imprescindible, así como que los profesionales de la psicología conozcan esa realidad. “Con esto ayudaremos a las personas para saber si es este es su camino. Tendremos que acompañarles. Esto no va solo de hormonas y cirugías, si hablo a una persona de 13 años durante seis meses en masculino y pasado ese tiempo me dice que no era por ahí, le vuelvo a hablar en femenino. ¿Qué pasa? ¿Qué consecuencias tiene? Ninguna, solo aprende que su circulo le acompaña y apoya”, zanja.

No se puede cambiar el sexo para eludir una condena por machismo

Desde que se anunciase la tramitación de la denominada Ley trans los bulos y noticias falsas entorno a ella han aflorado en numerosas ocasiones. Así lo denuncia la portavoz de Naizen Bea Sever. Y es que noticias como que hombres cambian de sexo legal para eludir una condena por violencia machista han copado las redes sociales en los últimos meses. 


Y es precisamente una de las reivindicaciones de un sector del feminismo, que alega que “si el sexo legal desaparece, desaparecen también los derechos de las mujeres frente al machismo”.


Sin embargo, como ha aclarado la ministra de Igualdad Irene Montero en más de una ocasión, y tal y como aparece reflejado en la ley, la norma recoge que la rectificación de la mención registral relativa al sexo y, en su caso el cambio de nombre, “no alterarán el régimen jurídico que, con anterioridad a la inscripción del cambio registral, fuera aplicable a la persona a los efectos de la ley orgánica 1/2004”.


Además, el borrador recoge, “en particular”, que dicho cambio no alterará los efectos de lo establecido en la Ley Integral contra la Violencia de Género.


De esta forma, toda violencia ejercida sobre una mujer por el hecho de ser mujer previamente al cambio registral seguirá siendo considerada como violencia de género. Asimismo, en una comparecencia en el Congreso, y ante las críticas del PP por este mismo motivo, Montero subrayó que “la ley Trans será ley antes de que termine el año”, sin embargo, recordó que aún no está aprobada; por lo que ese supuesto cambio registral se ha hecho al amparo de la ley 3/2007, “que exige para el cambio de la identidad de género dos años de hormonación y un informe médico que acredite disforia de género”. 


Por lo tanto, según zanjó la ministra de Igualdad Irene Montero frente a los bulos “ninguna de esas leyes permiten la retroactividad, por lo que no es posible que ningún hombre se libre de sus responsabilidades penales