Las logopedas y audiólogas Isabel Olleta Lascarro y Pilar San Martín Landa destacaron “lo importante que es la familia para conseguir avanzar en el desarrollo del lenguaje y de la audición” de los niños y niñas con hipoacusia, pérdida de audición o sordera. De hecho, señaló Olleta, “en Atención Temprana uno de los principios es contar siempre con la familia. Hasta hace no mucho la familia era la que llevaba al niño, por ejemplo, a la sesión de logopedia y le dabas las consignas, pero ahora es indispensable formarla para que tome las decisiones más adecuadas para su hijo”. Y, en este sentido, comentó que “hay casos con mismo diagnóstico, misma edad, uno ya lee y el otro no. ¿Qué ha pasado? Que la familia trabaja mucho, colabora”, explicó la especialista.

Isabel Olleta y Pilar San Martín forman, junto a Faustino Núñez Batalla, el comité científico del curso Actualización y avances sobre Atención Temprana de los niños con dificultades auditivas, que se celebrará los días 4 y 5 de noviembre en el Baluarte de Pamplona y al que ya se han inscrito alrededor de 200 profesionales –concretamente 190, hasta el pasado viernes– de diferentes especialidades relacionadas con la audiología del ámbito social, educativo y sanitario.

Como expuso Olleta, a los menores “con hipoacusia les ocurre lo mismo que aquellos que tienen problemas de vista. Si no te gradúan bien las gafas, no ves bien. Si no hay un otorrino que te diagnostique bien, un audiólogo que te haga bien las pruebas y te adapte bien el audífono, un logopeda que te haga rehabilitación... ese menor no va a oír bien. En este curso vamos a abordar las últimas novedades para hacer bien todo ese trabajo”. Una formación multidisciplinar, en la que se ve al niño o niña “desde su globalidad”, que organiza la Asociación Española de Audiología (AEDA) con la colaboración de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL). En las sesiones repasarán los avances en detección precoz y tratamiento temprano de la hipoacusia infantil.

Como apuntó Olleta, “hoy en día podemos decir que la hipoacusia puede corregirse con audífonos. Lo mismo que un niño que no ve se pone gafas, uno que no oye hay que ponerle audífonos; el problema es que no está tan bien visto”. Por ello, abogó por “intentar normalizarlo” para que “no se sientan bichos raros”. Por su parte, Juan García-Valdecasas, otorrinolaringólogo y presidente de AEDA, advirtió de que “la sordera no identificada y no tratada en edades tempranas altera irreversiblemente la adquisición del lenguaje y no solo hablamos de una alteración en la comunicación. También afecta al desarrollo cognitivo, a problemas de aprendizaje y de relación social. De una detección, diagnóstico y tratamiento precoces dependerá el normal desarrollo del niño con hipoacusia en nuestra sociedad. Por eso el abordaje clínico debe ser multidisciplinar”.

Además, Olleta explicó que estos pequeños “aunque lleven audífonos e implantes, no escuchan bien con ruido. De hecho, muchos tienen que llevar en el colegio otro aparato para escuchar qué dice la profesora a través de un micrófono y no se queden atrás en los aprendizajes”. Y es que, lamentó San Martín, “nuestros niños crecen y viven muchas horas en un ambiente demasiado ruidoso y para ellos es muy molesto”. Como concluyó Olleta, “la hipoacusia si no se trata pronto tiene unas consecuencias negativas y, precisamente, lo que queremos es todo lo contrario”.

ALGUNOS APUNTES

Qué es la hipoacusia. Es la incapacidad total o parcial de escuchar sonidos en uno o ambos oídos.

Nuevos avances en audiología. El curso se erige como un espacio para el aprendizaje, debate y presentación de los nuevos avances en el campo de la audiología. Así, se darán cita audiólogos, otorrinolaringólogos, audioprotesistas, logopedas, pediatras... La inscripción sigue abierta en www.cursoatencióntemprana.com.

La importancia de la detección precoz. La especialista Isabel Olleta afirmó que “antes nos llegaban niños a la consulta para poner audífonos o para enseñarles a hablar con 3 años. Ahora no, ahora nos llegan con 6 meses, como consecuencia de la detección precoz que se hace en los hospitales”.

Cómo podemos detectar que nuestro hijo/a no oye bien. La logopeda y audióloga Pilar San Martín apuntó, como signos de un problema auditivo, que el menor presente “lentitud en el desarrollo del lenguaje. En los bebés la ausencia de balbuceo, la falta de interacción cuando oye la voz de la madre, la falta de respuesta de movimiento de la cabeza cuando te oye. Luego, cuando ya empiezan con el desarrollo de las palabras, si va muchísimo más lento”.

Principales consecuencias de no oír bien. Preguntadas por cuáles son las principales consecuencias que sufren los pequeños con dificultades auditivas, San Martín señaló “la dificultad en la interacción –al no haber interacción, no hay enriquecimiento, porque no hay feedback–; la dificultad en el equilibrio, presentan muchos problemas de equilibrio y para andar; y educativos”.


CASOS POR BEBÉS

3-5

La incidencia de la hipoacusia infantil en el Estado se sitúa en entre 3 y 5 casos por cada mil bebés recién nacidos, señalaron.


La frase

Pilar San Martín “El entorno de nuestros niños es demasiado ruidoso”

Isabel Olleta destacó la importancia de tratar a los niños con dificultades auditivas con “naturalidad”. Su compañera, Pilar San Martín, comentó que en el aula hay que trabajar la distribución y la acústica que tiene. “Ahora se cuidan más estos aspectos en los nuevos proyectos de construcción”, afirmó, si bien “el entorno de nuestros niños es demasiado ruidoso. Nuestros niños crecen y viven muchas horas en un ambiente demasiado ruidoso y para estos casos es muy molesto”. Por ello, abogaron por “intentar lograr entre todos una sociedad menos ruidosa”.