Al salir de la peluquería después de teñirse o darse mechas, uno tiene a veces la sensación de que el color del pelo se ve demasiado intenso o poco natural. Pues bien, no es solo una sensación, sino una realidad y, antes de inquietarse por ello, es bueno prestar atención a la regla de los tres lavados.

Lavar el pelo es esencial tanto para mantenerlo limpio como para garantizar la salud capilar. Es una forma de eliminar suciedad, grasa y residuos de productos, y de prevenir problemas como la caspa o las infecciones en el cuero cabelludo. Sin embargo, en el caso de los pelos teñidos, lavarlo con demasiada frecuencia o de la forma incorrecta puede acelerar la pérdida del color.  

Una peluquera da mechas rubias con plata.

Al teñir el pelo se altera la estructura interna del cabello añadiéndole un nuevo tono. Esto hace que, inicialmente, el color pueda parecer artificial y demasiado marcado. Sin embargo, no se trata de lavarse el pelo una y otra vez para atenuarlo, sino de darle tiempo al color para que se asiente. 

Por ello, los expertos recomiendan esperar al menos tres días para hacer el primer lavado; consideran que es el tiempo necesario para que la cutícula del cabello se cierre y el color se fije

¡Ah!, y frente al mito de que es mejor teñirse con el pelo sucio, los entendidos aseguran que es preferible que esté limpio y seco. Los posibles restos de productos químicos pueden impedir que el tinte penetre correctamente y se fije bien a la fibra capilar.

Qué es la 'regla de los tres lavados'

La regla de los tres lavados no significa lavarse el pelo tres días seguidos, sino tener paciencia y esperar al menos tres lavados para ver cómo el color se funde correctamente con la base natural del cabello.

Durante estos lavados, el tinte se asienta en la fibra capilar y elimina el exceso de pigmento superficial. Es a partir del tercero cuando el color alcanza su versión más equilibrada y natural.

Una mujer se lava la melena con mechas en la ducha.

La 'regla de los tres lavados' en siete claves

Como ya hemos visto, los buenos resultados de un tinte o de unas mechas no se ven de inmediato. El color se tiene que asentar y en unos días mostrará su mejor versión. Mientras tanto es importante tener en cuenta varios aspectos:

1- Ser paciente

Hay que evitar lavarse el pelo inmediatamente después de teñirlo; el tinte necesita tiempo para fijarse. Si se lava demasiado pronto, se eliminarán los pigmentos antes de que puedan adherirse correctamente.

2- Usar productos específicos

Elegir champús y acondicionadores diseñados para pelo teñido ayudará a minimizar la oxidación del color y a prolongar su duración y su brillo.

3- Evitar productos agresivos

Durante los primeros lavados, no usar productos detox ni exfoliantes. Aunque ayudan a limpiar el cuero cabelludo, pueden ser demasiado abrasivos para el pelo recién teñido y alterar el color.

4- Lavado suave

Hay que lavar el pelo con suavidad haciendo movimientos circulares y con agua templada; el calor excesivo puede debilitar las raíces y dañar la cutícula del cabello, acelerando la pérdida del color. Hacer el aclarado con agua fría sella la cutícula, mantiene la humedad natural del cabello y que tu color dure más tiempo.

5- Frecuencia del lavado

No es recomendable lavar el pelo todos los días; el color se desvanecerá rápidamente y el pelo perderá sus aceites esenciales y se volverá más opaco y quebradizo

6- Secado natural

En la medida de lo posible, dejar que el pelo se seque al aire. El calor del secador, de las plancas o del rizador puede dañar el color y resecar el cabello. También hay que protegerlo del sol con un sombrero o con un producto que bloquee los rayos UVA.

7- Mantenimiento entre tintes

Si el color comienza a desvanecerse, hasta el siguiente retoque se puede recurrir a productos de mantenimiento de color que aporten pigmentos temporales.

¿Y qué ocurre con el corte de pelo?

Así como el color, el corte de pelo también requiere un periodo de adaptación. Según los expertos, pueden pasar hasta 15 días para que se vea natural y se acomode a la forma del cabello. Por eso, si se tiene un evento importante a la vista, lo ideal es teñirse y cortarse el pelo con la oportuna antelación.