Han pasado unos días desde que se hizo público el descubrimiento de la Mano de Irulegi. ¿Cómo se encuentra ahora?

Me sigo emocionando cada vez que lo cuento. Estos días han sido como una locura. Pero en lo personal estoy muy contenta, porque pienso en el trabajo que hemos hecho.

¿Esperaba que fuera así?

Me esperaba que fuera una noticia muy importante pero no algo así. Aunque más o menos lo vamos manejando bien.

¿Usted es arqueóloga y se dedica profesionalmente a ello, de dónde le viene la pasión por excavar?

Creo que la vena me viene sobre todo por mi padre. Estudié arquitectura pero siempre me gustaron la Historia y la Arqueología. Empecé en 2015, como voluntaria en una excavación de Aranzadi en el castillo de Amaiur (Baztan), lo probé y dije "esto no lo dejo" (se ríe). Desde entonces he ido compaginando mi trabajo y el que hago para Aranzadi.

¿Siempre ha trabajado como voluntaria con Aranzadi?

Al principio sí, pero los últimos dos años en Irulegi soy la que organiza toda la logística y todo lo que está relacionado con la excavación (comidas, transportes, etc.). Básicamente, mi, papel es que el director de la excavación (Mattin Aiestaran) no tenga que did preocuparse de nada más que no sea gip la propia excavación.

¿Conocía a Mattin Aiestaran antes de trabajar juntos?

Lo conocía de vista, porque él también es de Tolosa. Los dos empezamos juntos como voluntarios en Amaiur y luego hemos coincidido aquí.

¿Cómo ha sido trabajar juntos?

Ha sido una gozada. Nos compaginamos muy bien en lo profesional, y en lo personal es como un hermano.

¿Cómo fue el momento concreto de dar con la Mano de Irulegi?

Había estado trabajando en esa zona el día anterior. Entonces empecé de nuevo por esa zona, que la ubicábamos como donde pudo estar la entra da a una de las viviendas, y había unas losas de piedra bastante grandes, que identificábamos como el suelo de un porche de entrada a la vivienda y había mucha cerámica, entonces ya iba con mucho cuidado. Estaba mentalizada con las cerámicas y al levantar un poquito de tierra es cuando apareció esa esquina de bronce.

¿Cómo extrae la pieza?

Lo primero fue hacerle una foto como registro de lo que está saliendo. Y luego comencé a sacar la pieza desde el exterior. Siempre intentamos bajar toda la tierra de alrededor para saber qué extensión puede tener. Y cuando delimitamos lo que ocupa, nos vamos acercando poco a poco.

¿Cuánto tiempo le llevó sacarla?

No me acuerdo muy bien, pero segun los vídeos que he visto, yo creo que estuve concentrada en sacarla unas dos horas más o menos.

¿Era consciente de lo que podía ser?

Sabíamos que era una pieza diferente porque era de bronce y también muy fina, pero no nos podiamos imaginar lo que ha sido después.

¿Cómo ha sido guardar el secreto durante más de un año?

Muy difícil (ríe). Cuando Mattin me llamó para contarme que era una pieza con inscripción no podía creérmelo. He tenido momentos de querer contárselo a todo el mundo pero se me ha ido pasando con el paso de los meses (ríe de nuevo).

¿Y ahora qué?

Espero poder seguir compaginando la arquitectura durante el año y la arqueología en verano. Siempre que me deje Aranzadi ahí estaré.