Unas 300 personas de diferentes puntos de Navarra se reunieron ayer en Tafalla para inaugurar una estatua de cuatro metros en honor al mariscal Pedro de Navarra, cuando se cumplen quinientos años de su muerte. Su figura tiene una gran importancia tanto para el municipio como para toda la comunidad foral ya que fue encargado para evitar, por vías diplomáticas, la conquista del Reino en el siglo XVI.

Un dantzari baila frente al monumento de Pedro de Navarra. | FOTO: CEDIDA

Además del monumento, la ciudadanía, la Fundación Altaffaylla y el Ayuntamiento organizaron una jornada con gaiteros, bertsolaris, dantzaris e historiadores a la que sumaron además numerosas autoridades políticas. “El mariscal Pedro de Navarra fue hasta el final de su vida fiel a su juramento a los legítimos reyes de Navarra, lo que nos debe servir como ejemplo de honestidad y sinceridad”, aseguró en su intervención Jesús Arrizubieta, alcalde de Tafalla, que propuso también que la biblioteca pública lleve su nombre. “Todos los Pueblos honran a sus personajes históricos, Tafalla no puede ser menos, por ello, ya os anuncio que he adelantado a todos los Grupos Municipales que les voy a proponer que la actual Biblioteca Municipal, que acoge este edificio, lleve en lo sucesivo el nombre de Pedro de Navarra. Biblioteca Municipal Pedro de Navarra”.

La estatua, situada junto a su casa-palacio de la calle San Juan del municipio y elaborada por el artista navarro Iñaki Villanueva, tiene más de cuatro metros de alto más el pedestal de la parte inferior y, además, se ha financiado por suscripción popular y con la colaboración del Ayuntamiento. Tal y como explicaron, el monumento en sí se trata de una gran estatua de hierro en la que la figura del mariscal “se apoya en tres puntos: el suelo que defendió, el escudo de Navarra y la punta de su espada”.

Además de la estatua, el muro de piedra que cierra la biblioteca se retirará para realizar una plaza nueva en el casco viejo, como propuesta de urbanismo del Ayuntamiento, creando una zona para los vecinos y vecinas y para que el mariscal “tenga su lugar”, dijeron.

Pedro de Navarra y Lacarra, fue el VI Mariscal del Reino y ocupó las más altas responsabilidades del Estado navarro y, como su padre, fue uno de los navarros más relevantes del siglo XVI, obispo, notable escritor y prior de Roncesvalles/Orreaga, por lo que los tafalleses le honraron colocando su nombre a la plaza de Navarra en honor a su apellido.