El año 2022 que está a punto de terminar ha sido el más sangriento desde hace muchos años en los territorios ocupados de Palestina, con más de 150 muertos palestinos y una veintena de israelíes, dijo este lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU el coordinador para el proceso de paz en Oriente Medio, el noruego Tor Wennesland.

De los muertos, 45 de ellos son niños (todos palestinos menos un israelí), ocho de ellos solo en diciembre, algunos solamente por encontrarse en un lugar donde se lanzaban piedras a los soldados israelíes, pero Wennesland también apunta que hay adultos abatidos por las tropas israelíes cuando "no parecían presentar una amenaza vital".

Las muertes e incidentes armados son solo el ejemplo más trágico de deterioro de una situación en la que se multiplican los asentamientos ilegales de colonos israelíes en Cisjordania (4.800 unidades en el año), la demolición de hogares palestinos y también un incremento "alarmante" de los ataques de palestinos contra civiles de Israel.

Esta situación, unida a la ausencia de horizontes políticos, "ha dado alas a los extremistas y está acabando con las esperanzas de palestinos e israelíes de que una solución es viable", dijo.

El único aspecto donde se detectó una cierta mejora fue en las situación en Gaza, donde 18.000 habitantes cuentan ahora con permiso de trabajo en Israel -la cifra más alta desde 2005- y el volumen comercial en el único paso habilitado con Israel creció un 50%, pero el único modo de reactivar su economía es que Israel termine por completo el bloqueo y permita restaurar la Autoridad Palestina en la Franja, apuntó el representante de la ONU.

También agrava la situación el hecho de que tanto el Programa Mundial de Alimentos, del que dependen 400.000 palestinos, tiene graves problemas de financiación por recortes de varios países y necesita urgentemente una inyección de 35 millones de dólares y parecida situación vive la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

En el turno de palabra, Estados Unidos -principal defensor internacional de Israel- cargó contra los palestinos por el deterioro de la situación y fue apoyado por Albania, mientras que los otros trece países del Consejo fueron mucho más críticos con Israel, al que dirigieron la mayor parte de peticiones para reducir la tensión.