Las asociaciones navarras que trabajan con población ucraniana celebran la concesión de estas ayudas, aunque consideran que llegan tarde y que no van a ser suficientes, pero que aliviarán la situación de las familias. Estas subvenciones, además, llegan en un momento en el que sigue habiendo un flujo migratorio desde y hacia Ucrania. “Ahora hay un goteo tanto de refugiados que vienen a Navarra como de otros que regresan a Ucrania”, detalló ayer la responsable de Chernobil Elkartea, Mari Carmen Oscariz. Según señaló, la situación para los refugiados no ha sido fácil en Navarra, ya que en su mayoría han tenido que depender “de familias de acogida o de asociaciones y sin posibilidad de encontrar vías para subsistir”. “Las familias navarras también han hecho un esfuerzo económico enorme y no van a recibir ayudas”, apuntó.

Por su parte, Pilar Asurmendi, presidenta de la asociación Segunda Familia, sostuvo que hay familias que generosamente “han estado manteniendo a familias ucranianas enteras y que ya no pueden soportarlo más”. En una entrevista en la Cadena Ser, Asurmendi valoró que las cuantías de las ayudas “son muy ajustadas, pero como hasta ahora no recibían nada pues va a ser un buen apoyo”.