El instructor del atestado de la Policía Foral confeccionado a raíz de la brutal agresión que sufrió Ana Delgado manifestó ayer en la sala de vistas que la barra de hierro utilizada por el acusado para asestar los golpes a la víctima “no era un bastón, era un arma”. Se trataba de un palo de madera, con refuerzo metálico, y en un lado acabado en forma de T, que es la zona con la que golpeó.

El otro instructor afirmó que los bastones habituales pesan entre 200 y 400 gramos, mientras que esa barra tiene un peso de 1,3 kilos. “No se trataba de un bastón al uso para ir caminando”, afirmó el policía. De todas formas, en todo este tiempo, el procesado no ha precisado nunca en qué lugar de la vivienda se encontraba el bastón antes de que se produjera la agresión, puesto que la víctima no ha recordado nunca haber visto ese instrumento en su casa.

El encausado manifestó que se trataba de una vara sobrante de las que formaban parte de la barandilla de las escaleras, pero con elemento de metal. El investigador principal certificó que la llamada telefónica de una vecina a la víctima y que supuestamente origina la agresión del procesado se produjo a las 11.12 horas, se prolongó 18 segundos y que volvió a llamarla a las 11.59 horas, esta vez sin respuesta por parte de Ana.