Las citas en el ambulatorio, las meriendas, y el grupo de WhatsApp del colegio. Los cuidados tienen nombre de mujer. Y es que a pesar de que las cifras son algo más alentadoras que hace unos años, y los hombres comienzan a invertir más tiempo en el hogar y a solicitar más excedencias, la balanza se sigue inclinando hacia el mismo lado.

Según los datos del Instituto de la Mujer, el 87% de las excedencias laborales para el cuidado de los hijos e hijas las cogen las madres. Por eso, según defiende Laura Baena, fundadora del club de Malas Madres y la Asociación Yo No Renuncio, que cuenta con cientos de miles de socias en todo el Estado “conciliar no es posible. Lo que hacemos las mujeres madres es sobrevivir a costa de nuestra renuncia profesional, nuestra pérdida salarial y además con un coste emocional y personal muy alto”. Asimismo, sostiene que seis de cada 10 mujeres renuncian a su carrera profesional al ser madres y “una de cada dos mujeres perdemos salario cuando llega la maternidad”. 

Es por eso que la conclusión que deja al descubierto estas cifras, según Baena es clara: “Dejan claro que la conciliación le sale gratis al Estado, a las instituciones y a las empresas”.

Y señala además el papel de los hombres. Ya que aunque cada vez hay más hombres que se ponen tras la pancarta, y reivindican el feminismo en la esfera pública, los datos ponen sobre la mesa que, a la hora de la verdad, son ellas las que siguen siendo protagonistas en las tareas diarias. “Las mujeres dedicamos el doble de horas a las tareas de cuidados y del hogar. Así que ante esta realidad queda claro que los hombres no están entrando en la esfera de la corresponsabilidad como deberíamos esperar”. Por eso, insiste en que para ponerle solución hace falta “más concienciación social, hacen falta políticas públicas y una revisión del modelo laboral”. 

Por otro lado, más allá de poner en valor avances que ha habido en los últimos años,  hay que hacer autocrítica y poner el foco en los pasos aún no logrados. Así lo sostiene Baena que insiste en que “en el 8-M no podemos mirar lo que hemos avanzado, sino mirar lo que nos queda por avanzar hasta una igualdad real. Y desde nuestra Asociación lo tenemos claro: sin conciliación no hay igualdad posible”. 

"Los hombres no están entrando en la esfera de la corresponsabilidad como deberíamos esperar"

Laura Baena - Presidenta de Malas madres

En ese trabajo no remunerado además, los hombres “tienen que verse llamados a este tema desde el lugar que deben ocupar, el de acompañarnos, el de hacer equipo, renunciando a sus privilegios”.

Y de esa forma, “romper los silencios cómplices”, asegura, para que de esa forma, “podamos algún día hablar de que partimos del mismo punto de igualdad de salida”, expone la fundadora del Club de Malas madres. Por eso, les interpela directamente: “Ellos tienen, para empezar, que escucharnos, que empatizar y compartir las tareas invisibles, la carga mental y corresponsabilizarse por derecho”. 

Medidas de conciliación

Así las cosas, a pesar de que desde las instituciones públicas se han puesto en marcha diversas medidas como las que defiende la Ley de Familias, posibilitando más permisos, son “insuficientes”. ¿Por qué? Por que “no hay un compromiso político transversal como pedimos”, apunta. Así las cosas, reclama “un Plan Nacional por la conciliación”, que cuente con presupuestos importantes, que garanticen la conciliación. Es el caso de las escuelas públicas infantiles, “obligar a las empresas a incorporar políticas de conciliación y que proteja a las madres, necesitamos redes formales del cuidado y mucho más”. 

Además, insiste en la “trampa” que suponen las reducciones de jornada y las excedencias, “disfrutadas” en su mayoría por mujeres madres. “No son conciliación, son una trampa, porque nos aleja del mercado laboral. Todas las políticas de conciliación deben tener perspectiva de género en su implantación. La corresponsabilidad así no llegará”.

Más allá de hacer hincapié en la esfera privada, Baena insiste en trasladar las carencias que existen en el sistema actual a la esfera pública, porque “es un asunto político y social. Hay que desprivatizar nuestras historias, despertar y darnos cuenta de que no es un problema individual, sino estructural”, defiende la presidenta de la Asociación.

Mayor presencia masculina

Dos años después de la irrupción del virus, los hombres han reducido su dedicación al trabajo no remunerado, aunque continúan dedicando más tiempo al cuidado de los menores que antes de la pandemia, alrededor de tres horas más a la semana.

Así lo señala el estudio Desigualdad de género en trabajo remunerado y no remunerado tras la pandemia publicado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa que apunta por otro lado a que las mujeres siguen dedicando más tiempo que los hombres a esta tarea. Y es que su implicación en estos cuidados se ha reducido en tres horas semanales respecto al período anterior a la irrupción del virus, de 33 a 30 horas semanales

Y es que más las mujeres siguen llevando el mayor peso de las tareas domésticas y los cuidados, ya que le dedican un 62% de su tiempo, mientras los hombres solo invierten el 43% de su tiempo en estos menesteres. Aunque se han producido cambios en los modelos prestablecidos. Baena sentencia: “Evidentemente falta mucho aún, pero no vamos a renunciar”. 

Cuidados de los familiares, también a cargo de las mujeres


Más allá de encargarse de los hijos e hijas, las mujeres también son las principales cuidadoras de los familiares. Así lo reflejan las cifras del Ministerio de Igualdad, que apuntan a que un total del 79,5% de las excedencias laborales  que se cogen en el Estado para este motivo son de mujeres. Sin embargo, hay diferencias notables entre comunidades.


Mientras en Melilla las excedencias femeninas suponen el 100%, en Navarra son el 84%, y en el caso de la CAV baja 10 puntos, y suponen tres de cada cuatro permisos sin remuneración.


Así las cosas, las asociaciones feministas de todo el Estado volverán a poner el acento en la feminización de los cuidados en las manifestación del Día de la Mujer, abogando por un sistema público.


Así lo defiende la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que el lunes subrayó que “cualquier avance está muy bien pero el feminismo de hoy está hablando de alcanzar un pacto de los cuidados” para que, “dejemos de ser las mujeres las que nos responsabilicemos del cuidado de ascendientes y descendientes”.


Y es que Díaz insistió en priorizar la cuestión de los cuidados para acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres, por lo que subyaró la idea de que el “debate de hoy tiene que ver con los cuidados”, de modo que es urgente caminar hacia “un pacto que facilite la transición” hacia un modelo de cuidados compartido y que favorezca la conciliación.


Asimismo, lamentó que “en este país, cuidar es imposible” ya que los servicios no son suficientes para ello como acredita la falta de escuelas infantiles “públicas, gratuitas y de calidad”.