La semana en la que le toca sesión de radioterapia José se levanta pronto. Va al baño a hacer sus necesidades, se prepara y sale de casa en ayunas, que aunque no es estrictamente necesario él prefiere hacerlo así. Se monta en el coche, pone música y conduce durante una hora hasta el Hospital Universitario de Navarra (HUN). Va con tiempo porque a veces le cuesta aparcar y a las 10 y 12 minutos ya está dentro de la Unidad de Oncología Radioterápica. Se desviste en el vestuario, se pone una bata y a las diez y cuarto se tumba para recibir el tratamiento. 15 minutos después, José sale del hospital y vuelve a su casa para hacer las tareas propias de un amo de casa.

En ese cuarto de hora, este paciente con cáncer de próstata recibe una sesión de radioterapia adaptativa on line, en la que un acelerador lineal de electrones –llamado Ethos– que funciona con Inteligencia Artificial (IA) diseña un tratamiento personalizado para su estado concreto de ese día. De hecho, José es el primer paciente del Estado que lo ha recibido con esta tecnología. “Durante el tratamiento yo no noto nada y los 15 minutos se me pasan volando. Pero la verdad es que no estoy teniendo efectos secundarios, que es una de las principales ventajas de esta terapia”, reconoce este paciente de 63 años que ve muy positivo “que la ciencia vaya avanzando y que se invierta en sanidad”.

Precisamente el principal beneficio de este novedoso tratamiento es que reduce la toxicidad y los efectos secundarios porque afina mucho el tiro en el tumor. “La radioterapia adaptativa on line lo que nos permite es ajustar el tratamiento al estado del paciente y, sobre todo, del tumor. En el caso del cáncer de próstata, los cambios en la vejiga y el recto pueden hacer que el tumor (la próstata) cambie de posición. Entonces, la Inteligencia Artificial analiza en unos pocos minutos la situación del paciente y adapta el tratamiento para radiar solo la zona en la que se encuentra el tumor y evitar así una mayor toxicidad en el resto de órganos”, explica Naiara Fuentemilla, especialista en Radiofísica Hospitalaria del HUN.

Pese a que la IA adapta el tratamiento, la decisión sobre si aplicar el tratamiento pautado previamente o el adaptado por el acelerador lineal la toma un equipo humano. “Somos un tándem y detrás de la máquina estamos el personal de Oncología y de Radiofísica que siempre somos quienes consensuamos la decisión y optamos por lo que creemos que es mejor. La verdad es que la adaptación que hace la IA es muy precisa, pero siempre la última decisión la toma de manera conjunta el equipo humano”, expone Marta Barrado, oncóloga radioterápica del HUN.

El objetivo es claro: reducir la toxicidad a la que se expone el paciente con los tratamientos de radioterapia manteniendo el control sobre el tumor. “La eficacia es la misma, solo que ajustamos mejor el tratamiento a la zona en la que se encuentra el tumor. Pero el resto de tratamientos de radioterapia son igual de buenos y efectivos, lo que cambia es que este reduce la toxicidad”, sostiene la oncóloga.

De momento tan solo han iniciado este tratamiento en unos pocos pacientes, aunque la idea es que progresivamente se vayan sumando más, sobre todo a partir de junio cuando entre en funcionamiento en el HUN el segundo acelerador lineal Ethos. Naiara Fuentemilla detalla que para empezar se ha elegido a personas con cáncer localizado en la pelvis, como es el caso de José, “porque el beneficio es muy evidente en este tipo de tumores”. “Se suelen dar muchas variaciones anatómicas a diario: la próstata puede alterarse, puede haber cambios en la vejiga, en el recto, etc. Entonces lo que nos permite esta radioterapia es adaptar el tratamiento cada día a esos cambios”, expone la radiofísica.

Un gran trato humano

José se siente afortunado por ser el primer paciente tratado con esta terapia, aunque destaca, por encima de todo, “el gran trato humano” de todos los profesionales: “La atención es buenísima y eso es fundamental”. Hasta ahora no ha tenido ni malestar, ni clínica urinaria, ni diarrea... unos efectos secundarios habituales tras la radioterapia y que no han aparecido, en gran medida, por este nuevo tratamiento. No obstante, afirma que su organismo “es fuerte” y que tampoco tuvo síntomas en septiembre, cuando recibió 14 sesiones de quimioterapia.

José fue diagnosticado de cáncer de próstata hace 7 años pero insiste en que él no tiene percepción de estar enfermo. “No tengo ningún síntoma así que trato de seguir con mi vida normal: hago cosas de caso, salgo a pasear, me tomo mis cervecitas sin alcohol... No pienso que me quede poco”, relata este paciente que subraya la importancia de que en estos casos “se mantenga la calidad de vida”, porque reconoce que pasar por esta situación le ha hecho “valorar mucho más el tener buena salud” y por ello lanza un mensaje claro: “Hay que invertir en sanidad pública. Todos los avances que se hagan son muy importantes y a las personas que nos toca más de cerca nos congratula ver que se avanza y que cada vez vamos a ser tratados mejor”.