La Comisión Técnica de Coordinación en materia de Memoria Histórica, presidida por la consejera en funciones de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, ha aprobado, en la reunión de este martes, el acuerdo por el que dos espacios más se declaran e inscriben como Lugar de Memoria Histórica de Navarra: el Parque Memorial de Uroz y la Plazuela de Lodosa.

Con estas dos nuevas inscripciones, serán 23 los Lugares de Memoria Histórica en la Comunidad foral. Tras la aprobación, ésta se elevará a Gobierno para su declaración e inscripción definitiva, según han informado desde el Ejecutivo en una nota de prensa.

Con ello, se pretende "trabajar en la protección de estos lugares, así como en su conservación, señalización y divulgación, con el fin de convertirlos en espacios de memoria y de transmisión de valores de paz, convivencia y respeto a los derechos humanos desde un recuerdo crítico hacia todo proceso de violencia de raíz política, para evitar que aquellos hechos se repitan".   

PARQUE MEMORIAL DE UROZ

El parque de Uroz es un espacio circular inaugurado en 2018 para reconocimiento de las personas asesinadas en el valle de Lizoain-Arriasgoiti tras el golpe militar de 1936. Tal y como se hace constar en la placa instalada en el conjunto monumental, el 15 de agosto de 1936 tres vecinos de Caparroso -Teófilo Jiménez Ladrón, Juan Merino Navarro y Santiago Moreno Alba- "fueron asesinados y enterrados en la fosa de Uroz, y sus cuerpos recuperados en 1980, junto con el de su convecina Matilde Ruiz Remón, natural de Cortes, que formaba parte de la misma saca y había sido asesinada y enterrada en Echalaz".

Ese mismo mes de agosto de 1936, sin que se conozca la fecha exacta, "fueron asesinados en este lugar Valentín Carlos Beroiz, de Aoiz, Pablo Gastesi Expósito, de Pamplona, y Mariano Inda Navaz, de Azparren". Sus cuerpos fueron localizados y exhumados en 1976, para ser trasladados al cementerio de Aoiz.

Además, este espacio memorial recuerda a uno de los fugados del Fuerte de San Cristóbal el 22 de mayo de 1938, de identidad desconocida, "que fue asesinado y enterrado en Zalba, sin que sus restos hayan sido localizados hasta la fecha".

El parque, obra de los hermanos Félix y Julián Lizarraga, es circular y contiene ocho esculturas de acero corten que miran hacia el Este. El conjunto, inspirado en los crómlech, "simboliza la eternidad de la memoria, con una mujer al frente que guía a los hombres hacia la salida del sol, simbolizando la energía del renacer".   

PLAZUELA DE LODOSA

Lodosa fue, tras Pamplona, la localidad navarra "con mayor número de víctimas mortales, ciento treinta y tres, como consecuencia de la violencia desplegada por los sublevados tras el golpe militar de julio de 1936". Fue uno de los lugares "donde se intentó oponer resistencia a las fuerzas militares y paramilitares golpistas".

La Plazuela de Lodosa "fue escenario de algunos de esos enfrentamientos armados entre esos grupos armados y los militantes de fuerzas políticas y sindicales de la izquierda que intentaron hacerles frente en un combate desigual".

En esa misma Plazuela estaba instalado el circo Anastasini, que ofrecía sus funciones por aquellos días. Los integrantes del circo "padecieron también la violencia de los sublevados, en un pasaje oscuro de nuestra historia que pudo acontecer en Mendavia o en Larraga".

Lodosa fue, además, entre otras, "una de las localidades donde tomó impulso la recuperación de la memoria en la Transición, durante el proceso de las conocidas como exhumaciones tempranas; memoria mantenida posteriormente por las asociaciones memorialistas de la localidad".

Por todo ello, el ayuntamiento de la localidad decidió en 2022 erigir un memorial, encargado al escultor Alberto Odériz, que se concibe "como un lugar de encuentro, evocando las gradas del desaparecido circo".