Izaskun Gartzaron, responsable de la Oficina de Víctimas del Delito del Gobierno de Navarra, suele ver a menudo casos que tocan la fibra a cualquiera. “Las víctimas se nos cronifican. Hay algunas que no se curan nunca porque siguen teniendo a veces vínculos o hijos con el agresor”. Gartzaron recuerda que en el perfil de mujeres asistidas, “tenemos muchas multivíctimas, bien del mismo agresor, porque pervive esa relación con él cuando es el padre de tus hijos, o bien porque tienen un perfil muy vulnerable que les hace tener patrones de repetición con lo que acaban en relaciones de violencia y nuevos agresores. Toda esa situación con el caldo de cultivo actual, de que todos estamos mucho más afectados psicológicamente, causa más demanda de psicólogos en general pero hace que las víctimas estén peor, porque también em-peora su situación económica y tienen una afectación mucho mayor”.

La especialista precisa que aquella víctima de violencia sexual del pasado, de hace años, tarda en salir del proceso. “La salida es de largo recorrido y por eso su demanda sigue presente en nuestro servicio. A partir de la Ley de Protección a la Infancia de 2021 y la de libertad sexual de 2022 (la ley del solo sí es sí) hemos tenido una gran cantidad de solicitudes de personas víctimas, también de gente que sufrió estos delitos hace años. Están llegando muchos casos de sospechas y otros relacionados con violencia procedente de su país de origen. Habría que hacer un estudio del recorrido de esos casos. Y también está quien interpone la denuncia con edad adulta pero sufrió el delito siendo menor de edad”.

"Continuamos sin llegar a todos los casos, sobre todo los más graves, salvo que sean muy evidentes"

Izaskun Gartzaron - Responsable Oficina Víctimas del Gobierno de Navarra

Pero lo que le preocupa a la responsable de la oficina es que “la víctima de la violación sexual más grave sigue en cierta manera oculta. Continuamos sin llegar a todos los casos, salvo que sea algo muy evidente. Ahora, si alguien a su alrededor detecta algo, puede activar el sistema de protección antes y que sea más eficaz. Pero las situaciones de violencias sexuales graves generan una situación de desprotección y miedo que hace que las víctimas a veces no quieran seguir denunciando. Van a tener el miedo a la denuncia y a las represalias de la otra parte. El miedo es complejo de superar y por esto tenemos que acompañarlas”.

Gartzaron explica que la respuesta inmediata, el hecho de interponer una denuncia cuanto antes, va a facilitar el camino a las víctimas aunque en ese momento el hecho de dirigirse a una comisaría o a un juzgado parezca un abismo. “Los procesos de salida de las víctimas son más complicados porque hay mucha afección y repercusión en el tema de relación con parejas, en la sexualidad, en la afectividad... Cuanto más tarde esa denuncia tendrá más repercusiones. Si se denuncia antes, la mujer se va a sentir más empoderada, se va a preservar mejor la prueba, las secuelas van a ser menores y la salida del proceso será más eficaz y resiliente. Hay que tirar de la mano de las víctimas. Como sociedad hay que estar alerta. ¿Qué hubiera sido de la víctima de La Manada si no se cruza con esa pareja en un banco de la avenida Roncesvalles que fue quienes se interesaron por ella?.