La Oficina de Atención a Víctimas del Delito, ubicada en la planta baja del Palacio de Justicia, ha experimentado en los últimos años una subida significativa en las atenciones a menores víctimas de delitos sexuales, que durante el año pasado llegaron a una cifra tremenda para esta Comunidad Foral, ya que fueron 85 las personas asistidas. La Oficina constata que “el número de casos atendidos es llamativo, se corresponde con un aumento de este tipo de delitos a nivel general y mantiene la tendencia observada en años anteriores, donde ya se percibía esta subida”. 

Igualmente, las especialistas que tratan este tipo de casos, que advierten que no todos estos casos fueron judicializados y algunos fueron padecidos antes de que los menores residiesen en la Comunidad Foral, observan que se dan casos en los que algunas de las víctimas tienen vínculos entre ellas, de familia o amistad, hermanas en algunos casos, o amigas en otros, víctimas del mismo agresor. Estos casos también suelen llegar a veces desde los centros escolares o médicos que detectan la situación, o de organismos como Cruz Roja, Servicios Sociales, muchas veces en un estadio inicial, o incluso antes de la interposición de la denuncia. 

Desde la Oficina de víctimas se precisa un acompañamiento que busca ser integral y la primera acogida suele ser con los padres de los menores cuando tienen dudas a nivel jurídica y precisan asesoramiento de esa índole. En cuanto a los menores atendidos durante el año pasado en Navarra, en este tipo de delitos las personas habitualmente asistidas son niñas, pero también se ha atendido a 10 varones, una cifra similar a la de años atrás.

La Memoria de la Oficina remarca el hecho de que también este año 17 personas atendidas tienen más de 18 años y son los casos en que solicitan ser atendidos por delitos sufridos cuando eran menores de edad, cifra algo inferior a los 24 casos similares que hubo el año pasado. Las secuelas de estos delitos, la mayoría de ellos sin denuncia previa y prescritos en algunos casos por el tiempo transcurrido desde la comisión del delito, persisten a lo largo de muchos años. 

Las expertas apuntan a la próxima relación entre víctima y agresor, puesto que por lo general proceden del mismo ámbito relacional. Es frecuente que los abusos hayan sido cometidos por familiares muy cercanos, lo que incrementa el dolor y las situaciones de complejidad emocional que requieren de intervención profesional, para tratar de paliar las consecuencias del delito en el seno de las familias afectadas, especialmente llamativos los casos donde los padres han abusado de los menores, que han sido 12 los casos atendidos. Se corrobora una vez más que la mayoría de los agresores proceden del entorno cercano. De hecho, solo 10 de los 85 agresores eran desconocidos para las víctimas y en 75 de los casos se trataba bien de familiares, novios o compañeros sentimentales o conocidos.

Un modelo de atención innovador

A este respecto, el Gobierno de Navarra pondrá en marcha en Pamplona un innovador modelo de atención integral a menores víctimas de violencia sexual. Impulsado conjuntamente por el Departamento de Políticas Migratorias y Justicia y por el Departamento de Derechos Sociales, se inspira en el modelo nórdico Barnahus un término tomado de la lengua islandesa que se traduce por La casa de los niños.

Consiste en reunir a todos los servicios que intervienen en la atención del o la menor que pueda haber sufrido abuso, con el fin de proporcionarle un ambiente protector que permita el abordaje de las denuncias o las sospechas que al respecto puedan surgir, evitando la revictimización secundaria y asegurando, al mismo tiempo, la obtención de los testimonios con las suficientes garantías para el proceso judicial. En la práctica, informes de distintas organizaciones internacionales muestran que este tipo de delito no suele aflorar, por la fragilidad propia de la infancia y por ser cometido generalmente en el entorno del menor, de forma que queda sin el tratamiento penal adecuado.

Navarra lleva tiempo trabajando para poner en marcha este servicio especializado, que funcionará como una herramienta de coordinación interdepartamental entre todos los agentes implicados. Con el asesoramiento de Save the Children, el Gobierno foral ha diseñado un modelo que integra los distintos servicios que en esta materia ofrece Navarra, para lo que se ha contado, además, con la participación activa de con todas las instancias profesionales y administrativas que los prestan, tanto del ámbito de la abogacía, la educación, la seguridad, la salud y el trabajo social, como de la judicatura y la Fiscalía. Fruto de su trabajo conjunto, este modelo de intervención refleja el modo en que todos ellos se coordinarían, así como las necesidades para su puesta en marcha.