A parte de la entrada de agua en el oído, la manipulación inadecuada del conducto auditivo también está detrás de muchos casos de otitis. Una de las herramientas más utilizadas y que más desaconsejan los expertos son los bastoncillos. “No recomendamos ninguna maniobra de limpieza del conducto, ni manipularlo con bolis, etc. Nuestro consejo es que después de cada baño con una toalla o algo suave se limpie la parte externa del oído, sin introducir nada dentro”, expone el jefe de Otología del Hospital Universitario de Navarra (HUN), Iñigo Ruiz de Erenchun, que insiste: “Los bastoncillos lo único que hacen es favorecer la aparición de tapones de cera y producir heridas, lo que favorece la infección”.
Que se produzca un tapón de cera no quiere decir que tengamos una infección, sino que ha entrado agua al conducto auditivo y se ha quedado retenida, pero “si el agua no sale puede que se produzca una infección”. “Cuando se nota agua dentro del oído, lo que se debe hacer es utilizar un secador del pelo para evaporarla, sin introducir nada dentro; y en pacientes susceptibles se pueden usar gotas de alcohol boricado o ácido acético como profiláctico”, indica Ruiz de Erenchun. En este sentido, detalla que es habitual el uso de aceite para reblandecer los tapones de cera, una práctica que no es nociva pero que tiene variantes más recomendables: “Existen productos en farmacias que disuelven la cera y evitan tapones oclusivos”.
Por otra parte, una vez que se diagnostica a un paciente de otitis, el otólogo del HUN recuerda que “hay que evitar mojar el oído mientras se esté en tratamiento y sería bueno que las personas susceptibles a tener infecciones eviten la entrada de agua en el conducto auditivo”.